2 marzo, 2018
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Ahhhhhhh

 

Basta, basta, basta ya, ¡a la casa! Amadas para allá, taradas para acá, mas nada alcanza cada mañana, al hablar acalladas, al cantar aplastadas, al danzar agarradas. ¡Vanas palabras! Almas amarradas, bravas amansadas, magas alambradas, hadas agazapadas, alas acalambradas, agallas sagradas, cachas marcadas, patas atadas, sábanas arrastradas hasta la cama fatal, la brasa, la llama, ¡la mata! Ahhh, nada pasa, nada. ¿Canalladas? Altas ráfagas, armas largas, mala fama, balas bajas: las damas masacradas jamás hallan la calma al alba, mas basta andar, andar, andar, para alcanzar la paz. ¿Plan? Pan, galán, amasan pan. ¿Atrapadas? Mal, ya sabrás, brazadas lanzadas al mar. ¿Karmas? Alarmas, man, faltan alarmas. ¿Altar? Saltar, para batallar a las barras. ¿Zarpadas? Bandadas alfas, calzadas, avanzan. ¿Plata? Trata, papá, ¡mata la trata! Atrás, garganta, atrás, la parca ataca trans, ¡mandá a la cana! Vagas, plagas, larvas, ¡vayan a La Habana! Pará, acá, bajá, bancalas, abrazalas, amalas, ¿cara a cara? Ohhhhhhh…

 

Va con todas las letras, querido compañero:
¡Bienvenido al feminismo villero!

 

– Abrimos la primera Casa de la Mujer, en la Villa 31.
– ¡Más vale que no falte ninguno!
– Hordas de nuestra voz, sin promesas del Estado.
– Juntas contra los dos: la pobreza y el patriarcado.
– Salud, toallitas, tampones, pañales, preservativos.
– ¡Puentes a los hospitales y seminarios informativos!
– Autonomía, sin clientelismo.
– Manicuría, peluquería, carpintería, periodismo.
– Bolsa de ilusiones y trabajo.
– Cursos y capacitaciones, ¡para las de abajo!
– Yoga, zumba, pintura y artistas con ovarios…
– Talleristas, ¡todas de nuestros barrios!
– Apoyo escolar, educación popular, bachillerato.
– Computación, ¡en tu cara, gato!
– Articulación con universidades y terciarios.
– Columnas de opinión, ¡para nuestros propios diarios!
– Visibilidad para la comunidad LGTBIQ de la villa.
– Sororidad, ¡para con la propia costilla!
– Psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales.
– Noticias tapadas por todos sus canales.
– Gritos, gritos, gritos.
– Producción cooperativista…

 

Y si nos aguantan un cachito,
¡Revolución feminista!

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