17 abril, 2018
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Falsa inauguración, falsa presencia del Estado

 

 

El miércoles 11 de abril Horacio Rodríguez Larreta volvió a pisar Ciudad Oculta. Esta vez lo hizo para “inaugurar” la demolición del Elefante Blanco, que en verdad comenzó hace dos meses y con los vecinos viviendo al lado. Junto a él estaba la Ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, Guadalupe Tagliaferri, quién sostuvo que “ya no quedan personas viviendo justo al lado del elefante” y que, por eso, la demolición puede al fin iniciarse. Sin embargo, aún quedan 46 familias viviendo en la manzana del hospital, quienes desde principio de febrero soportan las vibraciones, el polvo y la basura que generan las máquinas encargadas de tirar el edificio.

 

“Conversamos con unas 170 familias que ya están relocalizadas y también vamos a acordar con las 10 que faltan para que se muden de allí. No es un lugar para vivir», aseguró la Ministra durante el acto. Sin embargo, un relevamiento realizado por la defensoría en julio de 2017 indica que eran un total de 253 familias. Los vecinos denuncian que estas “conversaciones” iniciaron a comienzos del año 2017 con aprietes y amenazas por parte de supuestos representantes del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, muchas veces no identificados correctamente.

 

La metodología de negociación fue cambiando. Hoy se hacen mediaciones en el juzgado a cargo de la jueza Elena Liberatori, pero desde su comienzo el proceso estuvo lleno de irregularidades: desde negociaciones puerta a puerta por parte de supuestos representantes del Ministerio de Desarrollo y Hábitat sin identificación, a la falta de documentos legales que certificaran los acuerdos y un sistema de múltiples testigos que impedía el cobro directo por parte de la familia y atrasaba los pagos acordados.

 

De las 46 familias que aún viven en la manzana del hospitalito, 11 están esperando el pago y otras 11 presentaron un presupuesto y aguardan la respuesta. Las otras 24 están en peores condiciones: a cinco de ellas el estado les hizo una propuesta insuficiente, otras cuatro perdieron la posibilidad de comprar lo que tenían acordado porque el  gobierno demoró demasiado el pago y las 15 restantes todavía no tienen ningún arreglo.

 

El jefe de gobierno de la ciudad habla de parques y chicos jugando a la pelota en el futuro predio. No habla, sin embargo, de esos mismos pibes que hoy están rodeados de escombros, ratas y basura, porque el ministerio les dice a las familias que deben relocalizar que “no hay más plata”. A nuestros pibes los esconden atrás de números e inauguraciones falsas y, mientras el show en los medios continúa, nosotros seguimos reclamando una solución habitacional digna y segura para todas las familias y que, hasta entonces, las máquinas frenen, porque el parque puede esperar.