12 julio, 2018
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Entre ollas y documentales

 


*Por Samuel Sainz, comunicador de la poderosa asamblea de la villa 1-11-14

 

En un día tan caótico y donde todos pararon sin parar, el 25 de junio se realizó en la villa 1-11-14 una olla popular, donde se compartió más de doscientos platos de un ají de lenteja cocinado con fuego villero y hecho por vecinas de hierro, mostrando una vez más la unión de la villa, que con la compañía de un gran documentalista se vivió a pleno todo el día.

 

Tras comer y compartir con las vecinas, el documentalista Christmas Pugh se pudo poner en el lugar de ellas al recorrer la villa y sentir la realidad de embarrarse los pies. En calles donde ni siquiera esos días la lluvia caía, fue donde se decidió armar un cine villero y conocer al invitado y sus videos.

 

A grandes detalles y con un humilde entusiasmo nos dio a conocer su historia y su trabajo. El viene de padres agricultores y vivió su infancia en Ezeiza, cerca de la cárcel y a metros de un cuartel. Para él y como para muchos, la vida desde chico le pego con la realidad y a sus ocho años ya tenía que trabajar; pasó de ser artesano, peón de albañil y vendedor ambulante para que de grande se dedique a una linda profesión, se especializó en cine en la mejor facultad, donde de manera empírica en la vida aprendió a filmar. Financiando sus videos vendiendo pañuelos sacó a flote esos grandes proyectos, entre los que se destaca uno que se llama “Guarda que vengo”, donde entrevista a sus compañeros de trabajo pues el documental trata de ellos, los vendedores ambulantes que se venden la vida y buscan un mejor futuro para ellos y sus familias. 

 

Fue al escuchar su historia y sobre sus trabajos que se entendió que la mejor lucha se hace desde los medios no hegemónicos y siempre proveniente de los lugares más humildes, y así como el Clarín tiene de rival a La Garganta, podríamos decir que Spielberg tiene como competencia a Christmas Pugh.

 

Y pidiendo un consejo de experimentado, le preguntamos; ¿Qué necesitamos para hacer documentales? Nos respondió de la mejor manera que nadie debe ser como Spielberg, sino como él – “el simple hecho de tener un celular con cámara, te da la posibilidad de hacer un documental, no aspiren a grandes producciones y guiones trabajados, entiendan que con cualquier persona se podría hacer una muy buena película al contar su historia.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Consultando sobre otros productores que muestran sólo guerras y superpoderes; ¿Se tiene algo que envidiar a esa elite del cine que sólo filma para ganar? – “Al ser independiente y a diferencia de otros cineastas yo puedo elegir hacer una película; sobre vendedores ambulantes, cartoneros laburantes, una del Che u otros comandantes, no tengo ningún prejuicio y no me importa ser criticado por las películas que hago.”

 

Entonces entendimos que sus documentales son de lucha y que él así no lucra, tiene sueños reales como personas normales, como el de vivir en cuba disfrutando sus ideales y es porque no es distinto a nosotros, él sustenta su vida como un simple laburante. Solo él. sin financiamiento ni recursos extraordinarios, busca elegir documentales que muestren todas las realidades.

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