12 agosto, 2018
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El grito del barrio

 
 
Vecinas y vecinos de la Villa 31 hicimos este jueves, entre el barro, la falta de luz en muchos sectores y las des-obras del gobierno porteño que tienen a la zona como un campo detonado, un recorrido portador de un grito que se sostiene y que crece: el barrio no se vende, se defiende. 
 
 
La movilización empieza a dar algunos frutos: quienes participan de la Mesa de Urbanización informaron que las autoridades confirmaron que jubiladas y jubilados, y beneficiarios de algunos planes sociales, no tendrán que pagar sus viviendas tras la relocalización; además, terminaron aceptando que habrá que consensuar el uso del espacio aéreo con quienes hoy tienen construidas sus casas con bases sólidas para crecer en altura, es decir que ya no habrá un uso discrecional de parte de la Unidad de Gestión de Intervención Social (UGIS). “Es un paso adelante, pero aún quedan muchas cosas por resolver, por eso hay que seguir luchando”, repitieron una y otra vez. 
 
 
“Censo ya”, “Larreta miente”, “La Secretaría no puede decidir por el barrio”, “La casa no se negocia”, “Tenemos derecho a una vivienda digna”… gritaban los carteles y repetían las voces en el parlante móvil. Gonzalo, vecino de la Manzana 7 del Barrio Güemes, contó que hace poco se enteró de lo que pretende hacer el Gobierno con la ‘urbanización’; “quieren hacerlo pasando por encima de nuestros derechos, sin reconocer todo lo que hemos hecho durante tantos año para tener nuestras casas”. Miriam -activa participante de la Mesa de Urbanización Participativa (MUP)- resaltó que “no estamos de acuerdo con lo que hace el Gobierno, que nos quiere pisar la cabeza, se quiere meter a nuestras casas… es algo con lo que nadie va a estar de acuerdo. Organizarnos fue muy importante para tener acceso a la información; si no fuera por eso no estaríamos enterados de nada. Imagínate que un día te despiertas y está en la puerta de tu casa la policía con las topadoras. Las casa que están construyendo son malas… mi casita será pequeña pero está bien construída. No me voy a ir a vivir a una casa de durlock y chapa, que encima me quieren hacer pagar durante 30 años; ¿dónde queda todo lo que yo he trabajado para tener mi casa? Como ciudadana tengo mis derechos y quiero que se respeten”. 
 
 
“Le estamos reclamando al gobierno que llame a elecciones para renovar la representación política del barrio”, comenta Guillermo, delegado de la manzana 24 del barrio YPF. Hace más de un año que los mandatos de delegadas y delegados por manzana están vencidos; han fallecido algunas personas y por ello hay sectores sin representación a los que no les llegan novedades acerca del proceso de urbanización.
 
 
“Estamos diciendo no al pago de la tierra, que es nuestra, nosotros la habitamos, construimos nuestras casas: ningún funcionario construyó su casa y por eso no sabe el sacrificio que es hacerlo durante muchos años de trabajo. Le estamos pidiendo al gobierno que haga más participativo el dictamen para la reglamentación de la Ley 3343. El espacio político que gobierna la Ciudad no resolvió ningún problema estructural del barrio hasta ahora, al contrario, hace obras mal hechas que son parches, que no tienen que ver con la calidad de vida de las vecinas y los vecinos; sólo benefician a los contratistas.”
 
 
Berta, vecina del sector Comunicaciones, que participa por primera vez de una caravana de la MUP, cuenta que “venimos para informarnos, dicen que el Gobierno promete muchas cosas pero tenemos que saber bien qué pasa. Nosotros necesitamos obras de infraestructura, estamos adentro de la manzana y todo el tiempo se nos inunda», y sus palabras realzan la importancia de que se democratice la representación en la 31 y en la 31bis. 
 
 
 
 
Queda mucho camino por recorrer, pero las vecinas y los vecinos ya avanzaron mucho y siguen andando y gritando fuerte. Interpelan a otras vecinas y vecinos, motivándolos a sumarse a la lucha, e interpelan fuerte y le marcan la cancha a funcionarias y funcionarios que llegan con ideas de escritorio y buenos planes de marketing, que nada tienen que ver con las necesidades reales. El barrio se defiende con lucha, alzando la voz, participando incansablemente, con las ideas claras y con la dignidad en alto. 
 
 
En el cierre suena la banda de rap del barrio, Primera Street: “Villa 31, la estamos levantando, unidos por el arte, llegando a todos lados, luchamos por vivir y no ser discriminados, Padre Carlos Mugica, gracias por el legado”.

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