Por Romina Muñoz,
comunicadora de la villa 20 en Lugano.
En el corazón de la Villa 20 Lugano, nuestra sede del FinES ha comenzado a organizarse, nombrando delegados a cargo, para organizar nuestra lucha enfrentando el vaciamiento y desfinanciamiento estatal de la educación. Porque estamos dispuestos a defender este colectivo de inclusión educativa y derribar los mitos malintencionados en contra de nuestro programa.
Lorena Ortiz, coordinadora del plan FinES sede Lugano, y la profesora Silvia Carricarte, delegada del plan FinES en CABA, nos contaron los detalles de la problemática.
El FinES, es un plan de finalización de estudios primarios y secundarios, creado según la resolución 178/16 del Ministerio de Educación para reducir el índice de analfabetismo, acceden a él personas mayores de 18 años, que no hayan podido terminar sus estudios, en la escolaridad tradicional.
En CABA, donde funciona desde el 2010, se financia a través del Ministerio de Educación de la Nación, que gira las partidas presupuestarias para pagar los sueldos docentes, el resto de lo que se necesita para ponerlo en funcionamiento, como materiales, herramientas, cuestiones edilicias, corre por parte de los organismos interesados en llevar adelante el plan, que pueden ser organismos estatales, organizaciones sociales, iglesias, etc.
Este año, el comienzo de clases ya nos recibió con una sorpresa: ¡muchas de nuestras sedes, e incluso algunos turnos no iban a empezar! En total, en lo que va del 2018, se cerraron 14 de las 60 sedes del programa que tenía el Plan en CABA, dejando a más de 200 docentes afectados y más de 400 alumnos sin acceso a la educación, vulnerando sus derechos. Desde la Dirección de Educación de Adultos (DEAYA), cuya directora es Jacqueline Cichero, se dijo que no se podía garantizar la continuidad del plan en el año 2019, y el corriente mes Silvia Carricarte nos comentó que se anunció que no se abrirán las inscripciones de primer año, para quienes quisieran comenzar sus estudios el año que viene.
En el barrio de Retiro, por ejemplo, cerraron las dos sedes que funcionaban en “La estrella de Belén” y en “Capilla de Guadalupe”, capillas del barrio, dejando así sin el título a aquellos alumnos a quienes les faltaba el último año para terminar sus estudios. En el Ministerio de Economía funcionaba una sede para los empleados que quisieran terminar el secundario en horario de trabajo, también cerró y hay 14 sedes ministeriales más cuya continuidad no está confirmada.
En otros barrios, como Lugano, cerraron el turno de la mañana, por lo que algunos alumnos tuvieron que dejar sus estudios por la imposibilidad de reorganizar sus horarios laborales.
Durante mucho tiempo el Ministerio de Educación no se expidió, y el Gobierno de la Ciudad estuvo reuniéndose con los coordinadores administrativos y pedagógicos de cada sede de manera separada, prometiendo continuidad, pero sin nada en concreto, ni papeles firmados, diciendo que serán sedes de Adultos 2000 donde los alumnos podrán terminar sus estudios. Este plan, según los docentes, no cumple el mismo rol, porque hacen tutorías cada 2 meses y los alumnos tienen que preparar las materias solos.
El plan FinES en cambio, funciona adaptándose a las necesidades del territorio y de los alumnos, que en nuestros barrios se torna tan importante, siendo que de lo contrario muchos no podrían continuar sus estudios, por ejemplo: podemos llevar a nuestros hijos a la cursada y les dan actividades para entretenerlos.
Para muchos vecinos y vecinas de los barrios, esta es la única forma de terminar el secundario, pero principalmente, intenta incentivarlos, además, a continuar sus estudios, más allá de la secundaria, a niveles terciarios o universitarios.
El plan FinES es un programa inclusivo, preparado para quienes nos encontramos excluidos del sistema educativo tradicional: adultos, que aloja a extranjeros, personas con capacidades diferentes, trans, madres y padres que en algún momento sólo pensábamos en trabajar para sostener a nuestras familias y nuestros trabajos era cada vez más precarizados por falta de conocimiento.
Sí, señores, los alumnos villeros queremos estudiar, y vamos en rumbo a romper los mitos de conveniencia de algunos, creemos que la educación nos permite ir más allá, construir un mejor futuro, y no estamos dispuestos a negociarla.