7 noviembre, 2018
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Milagros y Benicio no aparecen: la Justicia tampoco

 
 
En Tucumán, donde aún no aparece Marita Verón, siguen arrebatando pibas ante la mirada de una justicia lenta, con la complicidad de la policía que se niega a recibir las denuncias. Nos faltan Marita, Daiana Garnica, Mariana González y hace ya dos años Milagros y su hijo Benicio.
 
 
Familiares junto a organizaciones sociales seguimos buscándolas en las calles, presionando al Estado y al poder judicial.
 
 
Milagros Avellaneda y su hijo Benicio Coronel desaparecieron el 28 de octubre del 2016 en Tucumán. Ese día ella se había reunido con el padre biológico de Benicio, Roberto Carlos Rejas, un exguardiacárcel del Penal de Villa Urquiza y principal imputado del proceso judicial por doble homicidio agravado por el vínculo. Si bien la causa fue elevada a juicio hace varios meses, a dos años de su desaparición seguimos esperando el sorteo de sala para que haya fecha de inicio de las audiencias. En noviembre se cumple el término de la prisión preventiva para Rejas y debido a la cantidad de pruebas contundentes en su contra, existe riesgo de fuga. 
 
 
“Me arrebataron a mi nieto y a mi hija. Él tenía un año y ocho meses cuando desapareció, hoy ya tendría 3 añitos», explica entre bronca y angustia Amalia Ojeda y se pregunta:
 
 
«¿Cómo puede ser que en San Miguel de Tucumán hayan desaparecido dos personas y nadie las pueda encontrar? Es una vergüenza. El Gobernador Manzur ofrece cincuenta mil pesos como recompensa, en plena democracia hay personas desaparecidas ¡y él no ha hecho más que ofrecer dinero! ¿En serio cree que ese es el valor de sus vidas y de las nuestras?”, se pregunta la madre de Milagros. 
 
 
La joven tenía 26 años el día de su desaparición. Tanto en la primaria como en la secundaria fue abanderada, terminó con muy buen promedio y le gustaba mucho escribir poemas. Luego de la secundaria ingresó a la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Tucumán, pero como le sucede a muchas madres en nuestra provincia, tuvo que dejarla cuando nació Álvaro, su primer hijo. Sin embargo, ella no bajó los brazos y continuó su formación con distintos cursos como el de secretariado jurídico.
 
 
A pesar de haber tenido una relación con Milagros y de ser la última persona que estuvo con ella, Rejas niega haberla conocido. Según consta en el expediente, el día 3 de noviembre del 2016, el acusado buscó por internet “descomposición rápida de cadáver” y al otro día, su auto fue lavado con clarificantes a vapor y ácidos. Además, buscó información acerca de quién manejaba las cámaras en el Centro de Monitoreo de la Policía de la Provincia, y existen audios de ese mismo día, en los que Milagros cuenta que Rejas le estaba pegando en el Parque 9 de Julio.  
 
 
“¡A mi hija la quiero viva o muerta! Necesito salir de esta oscuridad, es una pesadilla que me mata día a día. Yo se que la familia de Rejas sabe que pasó con Milagros, ¡que hablen!”, reclama Amalia.
 
 
Esta madre y abuela que lleva dos años sin dormir por las noches, con la impotencia de no saber si su hija y su nieto están vivos o muertos, pide garantías por su seguridad y la de su familia. En una oportunidad, el padre de Roberto, perito criminalístico jubilado de la Policía Federal Argentina, le dijo que no sabía con quiénes se estaba «metiendo». 
 
 
Amalia quedó a cargo de «Alvarito», quien pronto va a cumplir nueve años y no deja de preguntar ¿cuándo volverá su mamá?
 
 
Mientras esperamos tener fecha de juicio, salimos una vez mas a la calle para reclamarle al Estado patriarcal que nos siguen desapareciendo. Exigimos respuestas y vamos a seguir gritando…
 
 
¡Verdad y justicia por Milagros y Benicio!

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