8 noviembre, 2018
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Por Agustina, Yésica y todas las invisibilizadas, ¡resistimos!

 

 

Hoy marchamos en Resistencia y también marchamos en Sauzal, hoy gritamos en resistencia por Agustina y por todas las pibas que se mueren por un Estado que no está. Hoy nos brota la rabia porque ayer, mietras hacíamos una vigilia por haber perdido una más, a una nena de 13 años que llegó a un hospital desnutrida, embarazada y con múltiples fallas en todo su organismo, mientras tanto mataban a Yésica Montiel en Villa Río Bermejito, una localidad en las puertas del Impenetrable, aunque el Impenetrable acá pareciera ser nuevamente ese Estado que no hizo nada para que Yésica a sus 16 años no se conviertiera en el femicidio número 12 en Chaco en lo que va del año. Por supuesto, esta es la cifra oficial, entonces ¿cuántas Agustinas y cuántas Yésicas más tendremos nuestra provincia y no nos llegamos a enterar?

 

 

Agustina tenía 13 años y era wichi, vivía en El Sauzal, un paraje del Impenetrable donde no hay agua potable ni médicos en el centro de asistencia y adonde cuando llueve, no se puede llegar. Agustina vivía en un lugar olvidado por todos, parte de un pueblo originario que abarca más de la mitad de la provincia, con habitantes que no son contemplados por ninguna política pública.
Agustina era niña, pobre, originaria, huérfana y no iba a la escuela. Tenía una relación «temprana» con un joven de 18 años, pero a ella nunca nadie le enseñó que ella tenía derecho a elegir.

 

 

Carolina Centeno, médica sanitarista, especialista en medicina general y familiar en Chaco, dice al respecto «Sin escolaridad, esta niña tampoco tuvo acceso a la Educación Sexual Integral, entonces, ¿cómo va a poder decidir algo si nunca alguien le mostró sobre qué puede decidir? ¿Cómo va a reconocer un abuso si nunca nadie le enseñó lo que es una caricia a un tocamiento inapropiado, un abuso? Nadie le pregunto a ella si quería estar embarazada o no, si era su deseo maternar o no». Además, cómo médica se pregunta qué sucedió con el dispositivo territorial que nadie detectó lo que estaba pasando en el lugar, y cuenta: «Hay fundaciones que están detectando mujeres indocumentadas en el Impenetrable con 30, 40 años y ocho partos encima. O sea, parieron ocho veces, parieron en hospitales pero no tenían documento. No existen para el estado. Son “Los Nadies” de Galeano. Si esta niña hubiera fallecido en su domicilio, hubiera sido enterrada ahí y tal vez ni nos hubiéramos enterado».

 

 

Chaco es la provincia con mayor taza de embarazos en niñas y adolescentes menores a 19 años. El Hospital Pediátrico ha declarado que el 80% de los casos atendidos por el Servicio de Atención a Víctimas de Violencia, son casos de abuso sexual infantil, alrededor de 320 casos en niñas de hasta 13 años.

Libertario Acosta, el abuelo de Agustina, dijo ayer que la niña fue atendida en el hospital Bicentenario de J.J. Castelli hace un mes y que la mandaron de nuevo a su casa en Sauzal. Hoy se pregunta cómo no la internaron en aquella ocasión. Esta información figura en la historia clínica, ¿cómo entonces nadie le explicó a Agustina,con su delicado estado de salud, lo perjudicial que sería continuar con el embarazo?

 

 

Nadie le explicó, nadie avisó, la presencia estatal que debería haber estado para garantizar que esta niña tuviera una infancia libre y plena, la invisibilizó, la excluyó y la abandonó. «Existe una desigualdad sistemática en el acceso para las comunidades originarias, en el contexto rural, agravado por el contexto geográfico», explica Centeno y agrega: «El Chaco tiene índices tremendos de tuberculosis, enfermedad que padecía esta niña, pero no existen campañas sobre esta enfermedad porque no hay inversión. ¿Qué hace el ejecutivo Provincial para combatir la desnutrición, los abusos en la infancia y toda la larga cadena de vulneración de derechos que hacen que Agustina ahora esté muerta? Ella no tuvo la opción de decidir».

 

 

Por Agustina y por todas las que no pudieron elegir, para que otras agustinas puedan levantar su palabra el día de mañana, hoy marchamos en resistencia y exigimos al Estado que se haga presente donde tiene que estar.

 

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