Por Brisa Ruiz, comunicadora de la Villa 21-24.
El 8 de octubre de 2016 nos enteramos que en Mar del Plata femicidas se habían llevado la vida de una piba de 16 años llamada Lucía Perez. Once días más tarde, miles de personas salimos a las calles con bronca y dolor y le hicimos el primer paro feminista al gobierno macrista. Este 26 de noviembre el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar del Plata absolvió a Alejandro Maciel de los cargos por abuso sexual; mientras que los otros dos imputados, Matías Farías y Juan Pablo Offidani, fueron condenados por coautores del delito de venta de drogas. Para la Justicia, nadie es culpable del femicidio de Lucía. Nosotras sabemos que no es así, y ante este segundo asesinato, como dijo Martha su mamá, este 5 de diciembre volvimos a gritar.
Pero, ¿qué pasa en el barrio? Nosotras paramos, pero no en un trabajo donde solamente nos descuentan el día, paramos en nuestras cooperativas, porque es a través de la economía popular conformada por estos trabajos que las villeras día a día también luchamos. Parar para nosotras significa organización: dejamos los merenderos y comedores a cargo de nuestros compañeros. Porque éstas también es nuestra realidad: cuando ponen como consigna un paro de mujeres, somos nosotras quienes estamos pensando en la comida o la merienda, y se nos hace difícil participar en forma activa, ya que tenemos estas responsabilidad que nos demanda el barrio.
Los jueces Aldo Carnevale, Pablo Viñas y Juan Facundo Gómez Urso dejaron a la vista de todos y todas su machismo. Nos dijeron que Lucía consumía drogas, nos contaron que le gustaba tener relaciones, cómo le iba en la escuela, cuáles eran sus amistades y qué hacía en su vida. Nos dijeron básicamente que se lo buscó, que se lo merecía. Como lo hacen siempre: a las pibas nos etiquetan y nos echan la culpa. Por ella, por las que ya no están y por todas nosotras, ayer llenamos las calles una vez más.