23 febrero, 2019
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El sapito: pulmón de nuestro barrio

 
 
 
*Por Lulú Romano, comunicadora de La Vía Diagonal Norte.
 
 
 
Cada día es mayor la necesidad de tener un espacio verde en la Vía Diagonal Norte. Nuestro barrio está ubicado en Yerba Buena, la “ciudad jardín”, donde al parecer, los vecinos de los barrios humildes no tenemos derecho a realizar deportes, actividades recreativas ni generar encuentros entre la comunidad. Sí, y nos podrán seguir diciendo que somos unos “irracionales” o unos “caprichosos”, quienes consideran que demandamos más de lo que merecemos, pero somos nosotros quienes seguimos viviendo apretados por paredes de countries, que no son medianeras e, son muros que dividen las clases sociales, quitándonos el oxígeno, el aire, convirtiéndonos en sus desagües y sus cloacas porque en su pirámide de la meritocracia nos toca estar abajo. 
 
 
 
Pero ya conocemos muy bien sus estrategias, asi como ellos conocen muy bien la nuestra: organización.
 
 
 
Por esto, El Sapito es muy importante, es el pulmón de nuestro barrio, un espacio de salud para todo el barrio, donde proyectamos la construcción de un complejo deportivo para toda Yerba Buena.
 
 
 
Por falta del espacio verde, las y los deportistas del Club Deportivo El Sapito y muchos de mis vecinos y vecinas que no quieren renunciar al derecho a la actividad física, tenemos que salir a entrenar a la esquina de nuestro barrio sobre la platabanda de la Avenida Presidente Perón, exponiéndonos al peligro de ser arrollados por algún vehículo. Pero además, para jugar campeonatos de fútbol o practicar cualquier deporte tenemos que pagar en canchas lejos de nuestras casas.
 
 
 
Estamos cansados de que los funcionarios nos bombardeen con sus propagandas diciendo que trabajan por más seguridad, más salud y mejor educación, pues El Sapito nos garantiza todo esto, y no lo ven… bah ¡no quieren verlo! 
 
 
 
“Unas de las consecuencias de no tener nuestro potrero, es que los chicos antes se pasaban todo el día jugando al fútbol ahí, y ahora al no tener nuestro espacio, ellos corren el peligro de agarrar cualquier rumbo. El intendente Mariano Campero todavía no cumplió la promesa que nos hizo cuando se postuló al cargo: que El Sapito quede para el barrio”, nos dijo Martín Delgado, vecino de la Vía y veterano del Club Deportivo El Sapito.
 
 
 
Dimos un gran paso hace 3 años y medio, cuando mediante organización popular y mucha presión, frenamos la construcción de “Las Higueritas Barrio Boutique”, hasta lograr la declaración de Utilidad Pública Sujeto a Expropiación de El Sapito por parte del Municipio. Sin embargo, aún no concretamos el sueño de las más de 200 familias que vivimos en la Vía. 
 
 
 
Y no vayan a creer que mientras tanto bajamos los brazos o nos quedamos quietos, porque sostenemos espacios de educación popular, deportes y de formación para que los chicos no se enganchen en la droga o algún otro camino que destruya sus futuros y el de nuestra comunidad. A nuestro barrio le falta una plaza con juegos, como la que cualquier niño o niña quisiera tener, y desde la asamblea diseñamos un proyecto de mejoramiento de la placita de “El Tanque” que está a la espera de ser presupuestado y aprobado por el municipio. 
 
 
 
“En el barrio perdimos de hacer las actividades como nos merecemos en un gran espacio como lo hicimos durante los últimos treinta años. El día del niño, de la madre y eventos en beneficio de algún vecino con problemas de salud ahora los hacemos en la calle, pero se nos complica mucho más por el peligro que corren los niños con el tránsito vehicular”, expresa María José Gómez, vecina de la Vía e integrante de la asamblea poderosa.
 
 
 
Cuatro años en los que nunca bajamos los brazos y tal vez suene repetitivo, quizás algunos ya estén cansados de escucharnos, otros pensaran que ya nos rendimos, y varios más estarán esperando vernos tirar la toalla. Pero no, ¿saben qué? Estamos aquí, más firmes que nunca, porque El Sapito es parte de nuestra identidad, porque aunque se harten de escucharnos no nos vamos cansar de hacer oir nuestras voces, porque aquí nadie se rinde, la pelota sigue en juego ¡y vamos a gritar muy fuerte ese gol de expropiación!