La semana previa al partido decisivo tras el cual San Martín descendió de primera, en el mismo momento en que se ponían en juego las presiones a las que están sometidos los futbolistas de primera división ante la posibilidad de perder, como si no hubiesen una serie de condiciones económicas, sociales y políticas que determinan lo deportivo, y a contratiempo de la voragine con la que se viven las definiciones, ellos también se la jugaron: volvieron a levantar el trapo que exige la inmediata expropiación de El Sapito.
En la Vía Diagonal Norte continuamos luchando por ese cacho de tierra que nos pertenece, donde hace más de 40 años realizamos eventos solidarios, festejos del día del niño y la madre, donde jugamos al fútbol a cualquier hora del día mujeres y hombres de distintas edades, donde un grupo de vecinos fundó un Club Deportivo que participa en la Liga de Fútbol de Yerba Buena, y que hace 4 años la empresa «Link!» con el aval del poder político de turno intentaron transformar en un complejo de viviendas al que jamás podríamos acceder, privando del deporte y la salud a cientos de personas, pero que además dejaba encerradas entre los paredones de dos countrys y con riesgo de inundación a más de 30 familias.
Desde que nos pusimos frente a las máquinas excavadoras con las que pretendían arrasar sin dejar ningún tipo de evidencia de la existencia de nuestro potrero, y logramos frenar este negocio inmobiliario cerrado a espaldas de la comunidad que afectaba los derechos de miles de tucumanos y tucumanas que todas las semanas utilizaban el predio, comenzamos un camino sin retorno hasta la expropiación con el fin de construir un complejo deportivo.
Todo el barrio se dispuso a alzar su voz para llevar adelante esta lucha histórica y recibimos el apoyo incondicional de muchas personas, organizaciones e instituciones. Todas ellas son parte fundamental de este proceso iniciado en el territorio y que hoy es ejemplo en todo el país. Pero hay una banda que estuvo en las buenas y las malas, que nunca nos dejó tirados ni tiradas en nuestro genuino y legítimo reclamo, y a quienes hoy queremos saludar desde nuestra heterogeneidad futbolera y a la luz de esta causa que trasciende todas las posibles diferencias.
Por su apoyo incondicional entendiendo la importancia del deporte en la salud mental que históricamente fue ninguneada para nuestras barriadas, y por apostar a la contención de los pibes y las pibas en un contexto en el que tanto el Gobierno Nacional como provincial proponen más presupuesto en armas, desde nuestras asambleas tucumanas sentimos la necesidad de saludar a esos jugadores.
A ellos, a todas y todos los que son capaces de multiplicar nuestros gritos, ¡gracias!
Nuestras gargantas no se callan más.
¡EXPROPIACIÓN DE EL SAPITO YA!