El Barrio 11 de Enero fue creado hace 16 años por familias que buscábamos tener techo propio, con nuestras propias manos y resistiendo el desalojo, y lo logramos.
Pero todavía no tenemos agua.
Somos 300 familias que vivimos acá, a 10 minutos del centro de la Ciudad, que juntamos agua en botellas y tachos desde el comedor La Cartujana del barrio con el mismo nombre. La mitad de los vecinos nos conectamos a una red de agua del Barrio Congreso, ubicado a 10 cuadras, a través de una manguera de polietileno puesta por nosotros mismos.
Durante el verano pasamos semanas sin agua todo el día, y desde el año pasado, también comenzamos a sentir la falta en el invierno. No tememos agua ni para beber ni para higienizarnos: para poder bañarnos o lavar ropa, vamos a casa de familiares o amigos que viven en otros barrios.
A fines de julio del año pasado, después de presentar notas, hacer llamados y gastar fortunas en pasajes de colectivo para ir a la SAT (Sociedad Aguas del Tucumán), hicimos el último corte en la Ruta Provincial 315, a dos cuadras de la entrada al 11 de Enero, pero no obtuvimos respuestas del Estado.
El 23 de octubre de ese mismo año presentamos otra nota en la SAT, y recién después de más de 11 meses de espera nos respondieron que era necesario realizar un nuevo pozo para instalar las cañerías en el Barrio Congreso, a más de 10 cuadras del nuestro. Para colmo, nos sugirieron pagar la obra de nuestros propios bolsillos, ¿y el Estado? Ni idea.
Mientras el Municipio, la Provincia y la SAT nos siguen postergando, más de 300 familias continuamos postergadas sin acceder a un derecho esencial para la vida.
No queremos seguir así, estamos cansados de esta situación y en el verano esto se pone peor. Que nuestro grito se escuche en el país entero.
¡Agua para el 11 de Enero!
