13 noviembre, 2019
,

Desde San Nicolás no paramos de gritar

 

Una villa, un barrio, embarrado y mancomunado desde el cooperativismo y el voluntariado. Desde el barrio San Nicolás, en Villa María, un gran puñado de vecinas y vecinos ofrecemos resistencia y lucha ante el abandono estatal, haciendo frente a las necesidades de toda la comunidad.  
   

Una poderosa asamblea que nació por el 2016, construyendo sus cimientos desde la educación popular, poniendo en alto la dignidad de un barrio que siempre estuvo de pie. En estos años y a diario lo vemos en los distintos talleres: el de percusión, de fotografía, de ciclo-mecánica donde realizamos auto-reparación de bicicletas. Pintando murales en todas las paredes, dándole color y vida a nuestra hermosa plaza,  y teniendo asambleas semanales para pensar lo que nos atraviesa y saber que todo, absolutamente todo lo que hagamos, va a ser para transformar nuestro barrio.
 

A su vez, colectivamente y de forma autogestiva, la cooperativa “Mermeladas Poderosas”, continúa contribuyendo a la economía popular, donde se construyen espacios genuinos de trabajo y se producen dulces ricos desde abajo. Hoy en el barrio nos encontramos con desafíos importantes: poder sostener a diario el merendero y el comedor que entrega 150 raciones todos los jueves. Los tiempos son difíciles, la situación económica del país no acompaña y la emergencia alimentaria está latente. Es ahí donde el trabajo comunitario es necesario para poder llevar un plato de comida a nuestras casas.  

 

En ese camino continuaremos, ampliando el grito de esta asamblea y el de nuestra provincia, desde un barrio empoderado que muchas veces soluciona las problemáticas existenciales de un Estado que no responde, ni garantiza derechos. ¿Qué hacemos frente a esta desidia? Responder con organización, y no parar gritar: ¡una barriada organizada, jamás será silenciada!