En nuestros barrios, las vecinas y vecinos que son portadores de VIH tienen serias dificultades a la hora de acceder a un tratamiento, porque no todos los Centros de Salud y Acción Comunitarios (CeSAC) entregan la medicación necesaria para combatir el virus, sumado a esto no siempre es posible trasladarse a un Hospital debido a las distancias entre el barrio y el centro de salud y los costos de transporte. Sin ir más lejos, las vecinas y vecinos de Villa 20, Lugano, tenemos que movilizarnos hacia el Hospital P. Piñero, que queda a 6 kilómetros, porque a pesar de la histórica lucha de la comunidad, no tenemos un Hospital General en la comuna 8, la más grande de la Ciudad de Buenos Aires.
En la Argentina, según datos del Boletín Epidemiológico de VIH de la Secretaría de Salud de la Nación, 139.000 personas son portadoras del virus en nuestro país, pero el 17% del total no conoce su diagnóstico, por lo tanto no acceden al tratamiento adecuado tampoco. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por cada 100.000 habitantes casi 28 personas conviven con el virus y el 32,3% recibe su diagnóstico de forma tardía.
Esta situación excluye a los vecinos de las villas del Sistema de Salud Público y trae consecuencias graves para ellas y ellos, si el tratamiento con antirretrovirales es descontinuado, el virus genera resistencia a la medicación y por lo tanto es mayor el riesgo de que fracase. Sin ningún tipo de tratamiento o con el incumplimiento de este, aumentan las probabilidades de contraer el virus por transmisión sexual o por el contacto sanguíneo con otra persona. El tratamiento desacelera el daño que causa el virus y ayuda a que los portadores se mantengan sanos durante varias décadas sin que este avance hacia la etapa final de la infección, que conocemos como SIDA.
El 98% de las infecciones se producen por mantener relaciones sexuales sin protección, pero no hay Educación Sexual Integral que valga si quienes somos empobrecidas y empobrecidos no tenemos los recursos garantizados por el Servicio de Salud Púbico estatal. Esto a la gestión macrista no parece importarle, porque con el aumento del dólar y recorte presupuestario, este año la Dirección Nacional de SIDA contó con la mitad de sus recursos, de 120 millones de dólares a 60, ¡así sin más!
Desde los barrios nos organizamos ante esta problemática que nos afecta día a día y hacemos frente a un Estado ausente, que no cumple ni su propia legislación, el tratamiento debe estar garantizado en nuestro país desde la sanción de la Ley Nacional de SIDA, Nº 23.798, en el año 1990. Para esto hacemos postas de Salud Sexual y Reproductiva difundiendo la información que de otra forma no llega al barrio y repartimos preservativos, porque durante el 2019 faltaron en los CeSACs barriales a los que vamos.
En este día de visibilización, volvemos a gritar, que desde las villas no vamos a parar de luchar hasta poder llevar la vida digna que merecemos, y así vamos a seguir, insoportablemente VIHvos.