* Por Elsa Fernández, madre de la familia qom torturada por la Policía del Chaco.
Fernando Romero, el Jefe de Policía, renunció ayer porque rechaza la decisión de no reintegrar al servicio a los cuatro policías procesados; él quiere reincorporar a los oficiales que torturaron y abusaron sexualmente de mi familia el 31 de mayo pasado. Justificó su intención diciendo: “Hoy yo tengo 900 policías que tienen causas judiciales abiertas y tendría que adoptar la misma medida con ellos y no estamos en condiciones de efectuar tamaña actitud”.
Hace un mes y medio que ya no dormimos de noche; nos despertamos cada madrugada porque el temor es gigante. No me siento segura con estos policías afuera; cada vez que mis hijos van a buscar comida, temo que les hagan algo y no vuelvan más. Todo el tiempo tengo en mi cabeza lo que pasó, me cuesta olvidarlo, pero debo salir adelante, sobre todo en este contexto que sobrevivimos con las donaciones que nos acercan quienes saben que pedimos plata prestada para comprar pan porque estamos sin trabajo y los chicos no pueden hacer changas. Es muy injusto lo que está pasando, me siento sola, con bronca y angustia; estamos desamparados por la Justicia, que es racista y siempre nos pisotea a las comunidades originarias.
Hace poco, a mi hijo mayor un policía le advirtió que se cuide porque lo están mirando y saben que anda solo. Estamos muy inseguros, nos sentimos perseguidos; es horrible sentir que alguien se fija qué hacemos y a dónde vamos. Antes éramos libres; ahora los únicos libres son los policías que nos arrebataron la tranquilidad y el sueño. Quiero que mi familia recupere la sonrisa y la paz, para eso se necesita justicia; en este momento estamos sufriendo mucho porque revivimos cuando se llevaron a mis hijos de casa y los torturaron, ¡les tiraron alcohol y los amenazaron con prenderlos fuego! Yo no sabía dónde estaban, ni si volverían con vida.
Como somos pobres y qom, nos pasan por arriba y nos discriminan. Quiero que paguen por el atropello; estos policías no pueden seguir ejerciendo, sería una locura y correría riesgo la vida de cualquier persona, además de la nuestra. Tienen ventaja sobre nosotros porque tienen poder e impunidad para actuar.
Pero tenemos el orgullo de ser aborígenes,
y que no nos vamos a callar.