12 marzo, 2021
, CABA

EL HOSPITAL QUE NO ES

Grierson

Ya pasaron 35 años desde que empezaron las obras que permitirían inaugurar el supuesto Hospital Cecilia Grierson. Sin embargo, la Comuna 8 de la Ciudad de Buenos Aires sigue sin contar con esta instalación en condiciones, a pesar de albergar a 98 mil habitantes en su área programática y aún más al estar atravesando la pandemia del coronavirus.

En 1986 comenzaron la construcción original y desde entonces quedó trunca. Se fue vaciando este proyecto que debía ser una cura contra tanto olvido a la comunidad; inicialmente, eran 200 camas las que estaban en el plan para equipar el edificio, luego fueron reducidas a 100 y finalmente sólo llegaron 20. Ni ayer ni hoy podemos ir para que nos atiendan de urgencia, porque ante cualquier emergencia hay únicamente 10 camas para internaciones. La propia gestión de la Ciudad no sabe cómo llamar a ese edificio casi vacío: en 2009 lo inauguraron como un “Hospital General de Agudos”, y en 2017 destinaron casi 300 millones de pesos para refacciones y equipamiento, denominándolo como “Centro Asistencial”.

Ya nos enfrentamos con los problemas diarios de necesitar una ambulancia y que no llegue o que no quiera entrar al barrio, y también debemos lidiar con la falta de atención. Esta travesía vivió Raúl Gastón Serazzolo, vecino de Villa Lugano, que acudió tres veces al Grierson sin que puedan darle una solución: “Cuando llegué, lo único que me dijeron es que me podían poner una inyección para los dolores y que debía irme hasta un hospital para que me atendieran. Fui al Piñero, donde me hicieron ecografías; debían operarme de la vesícula inmediatamente. No sé qué hubiera pasado si seguía esperando”. En Villa Riachuelo y Villa Lugano seguimos peleando contra la desidia del Estado solo con los centros de salud y acción comunitaria cercanos tratan de amortiguar la sobredemanda de atención.

En esta línea de fuego está Julián Morinigo, coordinador de salud de la Comuna 8: “El lugar no está equipado porque ni siquiera hay tomógrafo ni un resonador ni camas suficientes para recibir a una población tan grande como la que tiene la Comuna 8. Esta situación afecta mucho al poco personal que hay atendiendo ahí, ya que después son quienes dan la cara, quienes son los responsables de atender a cada paciente y firmar certificados de defunción”.

La celeridad para atender el reclamo es esencial:
el Gobierno de la Ciudad debe construir ya el hospital.