* Por Evelyn Soler, hija de Narcisa Benítez, internada en grave estado por coronavirus.
Necesito que me escuchen, ya no sé qué más hacer. Vivimos en el barrio Papa Francisco de Villa Lugano, mi mamá tiene 71 años, es diabética e hipertensa. Desde el jueves pasado está enferma: sufre una neumonía causada por COVID-19, se encuentra en grave estado, ¡y está internada en una habitación común! Necesita una cama en terapia intensiva por indicación médica lo antes posible, ya que sin esos cuidados se agrava su situación, y cada día que pasa es peor.
Con mi familia estamos desesperados, porque cada segundo cuenta. En el Hospital Grierson no la pueden tratar como deberían porque no hay lugar para terapia intensiva: sólo hay cuatro camas y todas están ocupadas. Nos dijeron que no podían hacer nada, que debíamos llevarla hasta otro establecimiento donde la reciban. Desamparados, fuimos a buscar ayuda a otros hospitales, pero no encontramos camas disponibles con el equipamiento necesario.
El Ministerio de Salud porteño debe tomar conciencia sobre la desesperación que estamos padeciendo, ¡es su responsabilidad dar una solución! Nadie quiere pasar por esta situación, y en los seis días que mi mamá lleva internada, conocí a mucha gente que pasa por lo mismo. Como hija, lo único que quiero es que ella mejore, pero sé que así es muy difícil y se nos agotan las opciones. Su vida corre absoluto riesgo, por favor, ¡necesitamos una cama de terapia intensiva, urgente!
