La odisea de afrontar el frío en los barrios se hace muy cuesta arriba sin redes de gas natural ni políticas públicas efectivas. En Guaymallén, Mendoza, el trabajador que vende la garrafa social pasa sólo una vez al mes y conseguirla en otros lugares cuesta $750, pero hay muchos barrios donde siquiera llega el garrafero.
El subsidio es insuficiente, ya que cubre apenas un tercio de una unidad al mes. En el barrio 11 de Enero, Tucumán, la garrafa llega a costar hasta $950. Sin plata, no hay con qué cocinar o calentarse.
En barrio Fiske Menuco, Río Negro, el precio de las garrafas sufrió un 100% de aumento, ¡pasó de costar $400 a casi $800! Así no hay bolsillo que aguante.
Necesitamos soluciones,
la situación es desesperante.