30 junio, 2022
, Economía

SIEMPRE EN RED, SIEMPRE AL FRENTE

Etuvimos en el Ministerio de Economía, en el marco de una iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para responder una pregunta muy simple: ¿cómo carajo hicimos las mujeres empobrecidas para sobrevivir a la pandemia?

«En épocas de Macri, comían entre 8 y 9 millones de personas en comedores. En la pandemia llegamos a 11 millones, haciendo un esfuerzo enorme para que nutricionalmente nuestras familias puedan alimentarse bien. Actualmente, sostenemos 150 espacios alimentarios, todo esto sin un salario y sin reconocimiento. El trabajo comunitario es el que contiene a una inmensa cantidad de barriadas en el país. Nuestra vecina Neli Vargas sostiene un comedor en Zavaleta desde hace 32 años, y ni siquiera va a tener una jubilación. Nos duele la panza cuando nos tratan de planeras, porque trabajamos triple jornada», María Claudia Albornoz.

En los peores momentos, nuestras cooperativas nos han sacado adelante. Pero aún nos cuesta sostener el trabajo: en cualquier rubro que elijamos, necesitamos invertir en herramientas y capacitaciones. Por eso, es fundamental que las entidades económicas y los gobiernos brinden posibilidades para que nuestros emprendimientos y proyectos crezcan, perduren, y no mueran.

“En La Poderosa, en todo el país tenemos 81 cooperativas y el 75% está compuesta por mujeres y disidencias. En Che Que Rico, Fátima, donde yo trabajo, para formalizar la cooperativa tardamos el doble de tiempo, porque el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) nos pedía cosas que no tenemos en las villas, como una dirección o casa a nuestro nombre. Eso pasa porque las políticas públicas no son pensadas por personas que viven en el barrio. Además, cuando hablamos de inclusión financiera, primero tenemos que aprender cómo usar un cajero o un celular, y entender que no tenemos poder de ahorro. Las villeras no queremos que nos regalen cosas: queremos pagar, pero no con las tasas altísimas que ofrecen los bancos”, Mónica Troncoso.