* Por Nahuel Melmann, hermano de Natalia Melmann, asesinada en febrero de 2001 por efectivos de la Policía Bonaerense.
Hace casi 22 años, a mi hermana la raptaron, torturaron, abusaron y estrangularon con los cordones de sus zapatillas cuando solo tenía 15 años. Uno de los condenados, Omar Echenique, solicitó la libertad condicional. Este 22 de diciembre a las 10.30 hs, mediante una audiencia virtual, el Juez va a exponer su resolución.
Natalia fue raptada cuando volvía de bailar en Miramar, la subieron a una patrulla de la Policía Bonaerense y la llevaron a una casa en el barrio Copacabana. Hay dos efectivos más condenados: Ricardo “Rambo” Anselmini, quien también solicitó la condicional, y Ricardo “el Mono” Suárez.
Mi hermana era excepcional, siempre tuvo una gran entereza, mucha fuerza, era muy trabajadora. En los dos últimos años de la secundaria fue abanderada de la escuela, una persona muy sensible e inocente, no conocía la maldad. Una criatura de 15 años que estos sujetos la tomaron como objeto.
En su cuerpo hallaron cinco rastros genéticos distintos, dos de ellos continúan impunes. Hay un proceso abierto en relación al ex policía Ricardo Panadero, esa causa se elevó a juicio en 2018, se dictó la absolución y la Cámara de Casación de Buenos Aires entendió que la sentencia era sesgada y absurda. Ante esto, se planteó un nuevo debate oral previsto para mayo del 2023. El segundo ADN sigue siendo un NN, nunca fue cotejado.
A casi 22 años de la partida de Natalia, hay una impunidad que no tiene remedio. Es lo más descarnado de la violencia institucional por parte de las Fuerzas de Seguridad, pero enmarcado en un claro caso de violencia femicida. Se creyeron intocables y fueron capaces de hacer cualquier cosa.
Exigimos al Juzgado de Ejecución n° 1 de Mar del Plata que no otorgue el beneficio de la condicional. Nuestra familia quedó destrozada, siente el vacío perpetuo de no tener a una persona amada y tiene la conciencia de que Natalia atravesó lo peor para un ser humano. No encontramos consuelo en las penas que pueda dar el sistema judicial, pero sentimos la responsabilidad de que tengan una condena, por nosotros y por toda la sociedad.