Desde hace 10 años que el «Barracas Boxing Club» es, para los pibes y las pibas de la villa 21-24, mucho más que una escuela, es un segundo hogar donde hay muchas historias que contar. Fue en el sector de Tres Rosas que empezó este proyecto de contención, educación y deportes; allí, para las vecinas y vecinos, hay un lugar en el que la lucha colectiva se potencia todos los días.
La escuela se gesta dentro de una historia de fortaleza, el comedor Amor y Paz nace a mediados de los años ’80 de la mano de las ollas populares organizadas por el barrio cuando no tenían qué comer. Así fue que con la Fundación TEMAS (Trabajo, Educación, Medioambiente y Salud) comenzaron a pensar qué podían hacer para integrar a los pibes y a las pibas. Surgió la idea de crecer y construir desde el boxeo.
¡Y así lo hicieron! Crearon un espacio en un pedacito de barrio que quedaba entre una vieja escuela de circo y algunas casas. Arrancó la juventud, de 14 a 23 años, a entrenar con dos profesores, colchonetas, guantes, sogas y un montón de ganas de transformarse.
Con la escuela de boxeo nació el ritual de los festivales. Dos por año, donde los jóvenes boxeadores exhiben su destreza en una demostración de técnica del deporte. Es un evento que se vive con muchas ansias, donde no sólo se evidencia la capacidad deportiva, sino también el compañerismo y el trabajo de cada uno, y cada una.
A veces pensamos que el boxeo es sólo un deporte, pero en la 21-24 no es así: te saca de la bronca, la angustia de las cloacas revalsadas y los pasillos inundados; te brinda una manada de amigas, un colectivo de amigos y mucha fuerza para poner el mundo patas para arriba. Los pibes y las pibas encuentran en el Barracas Boxing Club un lugar de aprendizaje y enseñanza pero también de lucha y pertenencia.