El domingo pasado festejamos el Día de la Niñez en el barrio 28 de septiembre, en San Salvador de Jujuy. En momentos de crisis como el que estamos pasando, para nuestros barrios es un lujo pensar en festejos individuales con regalos para cada enana y enano. Son muchas las familias que trabajan para poder tener el plato de comida al día, y se hace difícil pagar los servicios básicos: comprar un juguete ni se nos pasa por la cabeza. Por eso, gracias a la organización de toda una asamblea aseguramos un día lleno de sorpresas para que todo el barrio pudiera disfrutar.
El escenario fue un predio que estaba abandonado. Durante varios días, las vecinas y vecinos del barrio estuvimos trabajando para dejarlo en condiciones y poder darle un uso público. En el arduo trabajo de limpieza y desmalezamiento nos dimos cuenta de que el espacio era mucho más grande de lo que creíamos. Entonces surgió la propuesta de hacer la canchita con la que tanto soñaban las niñas y niños del barrio. Armamos los arcos con madera e inauguramos ese primer potrero tan deseado para el 28 de Septiembre.
El domingo a la mañana, bien tempranito, empezamos a decorar el predio. Lo llenamos de globos, banderines y pasacalles. De a poco, la gente se fue acercando, y de pronto nos dimos cuenta de que éramos muchos más de los que pensábamos. Había vecinas y vecinos de otros barrios que nos decían: “nos enteramos que La Poderosa estaba haciendo una fiesta para los más chiquitos y los trajimos”.
Luego, la atención se centró en el pelotero, la cama elástica y la silla giratoria donde los más pequeños hacían fila para subirse. La tarde continuó con facturas y bollitos que los más grandes acompañaban con mates y los chiquitos con una chocolatada caliente. Al finalizar la tarde, llegó el momento más esperado por todas y todos los pequeños que copaban el predio: repartimos los juguetes y las bolsitas con golosinas. En ese momento, nos dimos cuenta de que el esfuerzo había valido la pena.
A pesar de vivir todos los días con la dura realidad de que no nos alcanza para comer, seguimos luchando colectivamente para generar el cambio real que queremos en nuestros barrios, sobre todo por los más pequeños, que son nuestro presente y nuestro futuro.