10 mayo, 2017
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El papel de La Nueva Mañana

 

 

Hace casi un año, el 9 de junio del 2015, vimos otra demostración de qué es lo que pasa cuando en un medio de comunicación importan más las cajas registradoras que las máquinas de escribir. Luego de varios meses de conflictos y negociaciones, los dueños del diario La Mañana de Córdoba cerraban las puertas de la redacción dejando a más de 60 trabajadores en la calle. Éste fue el desenlace de un conflicto que había empezado a finales del 2015 y que tenía que ver con malos manejos por parte de los empresarios y políticos que eran dueños del diario, y que poco entendían del oficio del periodismo. Febrero de 2016, lejos estuvo de ser un San Valentín: sin previo aviso, la empresa mandó 21 telegramas de despido, dejando en la calle a los trabajadores y a sus familias. Poco tiempo después, se cerraron las puertas de las redacciones. “Sin indemnizaciones, sin reconocimientos. De la forma mas vil y baja que puede haber, los dueños del diario cerraron las puertas del edificio y no nos dejaron entrar más en las oficinas que eran nuestra fuente de trabajo”, nos cuenta Javier, ex trabajador de La Mañana de Córdoba, actual Presidente de la cooperativa La Nueva Mañana.

 

Porque sí, había que seguir trabajando, había de seguir llevando ingresos a las casas para poder sostener las familias de cada uno de los trabajadores y las trabajadoras que habían quedado sin su fuente laboral. Y para salir adelante decidieron formar un nuevo medio y organizarse de una forma que garantice el respeto por las opiniones de todos quienes lo sostendrían. Una forma de organizarse que se base en el diálogo y el trabajo colectivo. Por eso decidieron fundar una cooperativa de trabajo para la producción de La Nueva Mañana. 

 

Tuvimos la oportunidad también de charlar con Natalia, parte integrante de la planta periodística de la flamante cooperativa: “Buscamos que en este medio se reflejen todas las voces. Ser un medio independiente, heterogéneo, plural. No somos La Mañana de Córdoba, somos La Nueva Mañana. Integrado por un grupo de trabajadores que el 9 de junio se quedaron sin trabajo producto del desmanejo de un grupo de pseudo empresarios”, nos afirmaba haciendo mucho hincapié en la decisión política de llevar adelante un trabajo horizontal y participativo. En esto coincide con Javier, quien a pesar de ocupar el cargo de Presidente de la cooperativa, explica que “más allá de que por ley las cooperativas deban tener un consejo administrativo y determinadas estructuras, tratamos de que a la hora de discutir, de tomar decisiones o definiciones, los debates sean lo mas democráticos posibles”

 

Desde que comenzó a funcionar hasta ahora, La Nueva Mañana tenía como único soporte un sitio web. Pero gracias al esfuerzo de los 22 poderosos trabajadores que conformaron la cooperativa, felizmente podemos contar que a partir del martes 2 de mayo, La Nueva Mañana ya esta en los kioscos de Córdoba en su versión papel.

 

Por supuesto que esto no hubiese podido lograrse sin el apoyo de otros medios, de organizaciones y de instituciones que de alguna u otra manera aportaron a que este proyecto empiece a caminar: “No podemos olvidarnos que el año pasado a esta altura, ya estábamos en las calles marchando con la ayuda del Circulo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Cordoba (CISPREN) a la cabeza y un montón de otras organizaciones y medios alternativos, como La Garganta Poderosa, que nos ayudaron a no bajar los brazos.”

 

Es justamente en el edificio del CISPREN que está funcionando actualmente la redacción de La Nueva Mañana. Y desde donde se piensa en poder sostener un semanario con salida todos los lunes a partir del mes de junio.

 

“Con el cierre del diario nos robaron el trabajo, pero no la dignidad”, grita Natalia. “A los compañeros periodistas que hoy están precarizados o con la incertidumbre de no saber si van a perder el laburo o no, solo podemos decirles que no estan solos. Que cuando las puertas se cierran, es el deber de todos volver a abrirlas, y que hay una gran red conformada por medios alternativos que están dispuestos apoyarse mutuamente”, afirma Javier.

 

Y nosotros, como medio alternativo, como el brazo literario de un movimiento social villero, no podemos dejar de abrazar estas palabras y este proyecto. Porque más voces son necesarias para hacer fuerza ante el vendaval de medios hegemónicos que defienden los intereses de unos pocos y que históricamente vienen hablando de lo que nosotros no somos.

 

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