Hasta hace no mucho tiempo, como a tantos otros pibes, nos llamaban “los chorritos de Villa Florida”, sólo por ser adolescentes o vivir en un barrio humilde. Pero ahora, a pocos meses de habernos organizado contra la discriminación y la exclusión, no sólo hemos logrado recuperar nuestra autoestima, sino también levantar la cabeza, desde la acción, para mirar a los ojos a cualquiera y marcar un camino para los otros jóvenes del pueblo. Así, con el compromiso de todos, nuestra querida Villa florece un poco más, mientras ve cómo vamos tras nuestros verdaderos sueños, entusiasmados con limpiar la canchita, haciendo un mural, intercambiando experiencias con los vecinos de Juella, o viajando juntos al campamento latinoamericano de jóvenes… La utopía no se detiene. Y nosotros, cada día, nos sentimos más Poderosos.
