A orillas de una de las principales arterias que conecta la Ciudad de Buenos Aires, resiste la “villita” de Córdoba y Santos Dumont hace veinte años, desencajando con las grandes construcciones. Más de diez familias comparten un baño, el ninguneo de sus derechos, los techos de chapa y la desatención de un Estado que los mantenía por fuera del Programa de Vivienda. Con enormes carteles publicitarios, quisieron ocultarlos. Y con promesas falsas, conformarlos, para que abandonaran el suelo que contiene su identidad, en el epicentro de uno de los barrios más codiciados por la matriz del negocio inmobiliario macrista. Desde la asamblea, tenemos como objetivo el hogar de cada familia. Y por eso, haber logrado la inclusión al Programa de Vivienda que debe desarrollar y ejecutar la solución habitacional, confirma que la unión hace la fuerza y que nada es imposible. Nada.
