Desde esta barriada olvidada por la intendencia de Chajarí, apenas estamos pidiendo un mejor ambiente para vivir. Disculpen si nos falta solemnidad, al solicitarles cordialmente que no nos obliguen a vivir en su suciedad. Porque en estas tierras no pasan los basureros, puesto que no les da un rédito económico a los eternos usureros. Entonces, obligados a tirar los residuos en la vereda selecta, donde nadie los recoleta, se agrava más la ausencia de cloacas y el arroyo que atraviesa el barrio termina siendo una ola contaminada, sin nadadores, ni contenedores. De nosotros, nadie se acuerda y, aunque hace años nos prometen vivienda, a la Municipalidad le sigue faltando cuerda. Mientras tanto, cada día de lluvia, cae agua de arriba, por los techos precarios. Y agua de abajo, por la falta de caños. Pero también cae agua de nuestros ojos, hartos de tantos despojos.
29 abril, 2013
,
El secreto de nuestros ojos
Relacionadas
25 enero, 2024
“ERA UN TIPO DE LA CALLE, UN TRABAJADOR”
24 enero, 2024