De seguro, al mes pasado no lo vamos a extrañar, porque nos tuvo amenazados de mandarnos a naufragar. Aun así, le agradecemos haber dejado en evidencia cómo la pasamos los vecinos de El Infierno, sobre todo cuando llega el invierno. Las reiteradas lluvias generaron que no pudiéramos salir caminando de nuestras casas, sin arrugarnos los dedos como pasas. Parece un chiste, pero el temor a las inundaciones es una mierda que persiste. Pues de pronto, cuando el clima nos da vuelta la jeta, no nos queda otra que salir en bicicleta. Y no estamos exagerando: las otras opciones son salir remando o nadando. ¿Por qué? Porque estamos pegados al arroyo Yacaré y, cuando caen un par de gotas, no nos salvan ni las botas… Vengan a ver cómo vivimos y entenderan lo que decimos: para la Intendencia de Chajarí, no existimos.
14 mayo, 2013
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El Infierno, bajo el agua
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