Cada noche, como broche de un cielo que siempre se está por caer, el piso de Santa Marta se empieza a mover, ni por un sismo, ni por las bombas del periodismo, sino por esta cultura sin coca cola, que florece en cada scola y en cada sambaa popular, donde la FIFA no sabe cómo mierda bailar. Pues ni los árbitros arreglados, ni mil campeonatos manipulados, pueden separar a los pueblos hermanados, que durante 90 minutos pueden ganar, perder o empatar, pero tarde o temprano se vuelven a encontrar en la necesidad de organizarse para luchar. Por eso ayer, en pleno acontecer de nuestra rayuela, el morro se pintó de verdeamarelha y nos encontró latiendo al ritmo del tamboril, entre miles que gritaban “¡Agoraaaa, Brasillll!”. Gigantes y chiquitos, entrelazados con redoblantes y gritos, nos zambulleron en el semillero sambero de distintas escuelas que hacen vibrar las paredes de las favelas, pero créannos que las hacen mover de verdad, “porque no existe otro modo de embellecer la comunidad”.
Hermosas las notas , desde otra mirada, desde otro punto de vista, rescanatando cosas que los medios tradicionales y clasicos, no hacen , realmente son una mirada diferente de la vida , de la sociedad y mas alla de coincidir o no, es muy bueno que asi sea.
Que lindo la cobertura que están haciendo poderosxs!!!Son unxs genixs! abrazos para todxs!!