Como todos, me fui preocupado del Mineirao, pero a la vez me fui muy contento, porque no estaban dadas las cosas para ganar el partido, y se ganó. ¿Sorprendió Irán? No, sorprendió Argentina, que estuvo muy por debajo de su nivel, pero lo importante en una Copa del Mundo es que una mala tarde no te cueste una derrota. Y si jugando así ya estamos clasificados, todo lo que vendrá será para mejor…
A diferencia del primer partido, cuando el segundo tiempo dio para ilusionarse, esta vez la Selección ganó con lo justo. Y además de no haber logrado un buen rendimiento colectivo, tampoco pudo imponerse mediante las individualidades, a excepción de Messi, el brillante Messi, que sin demostrar lo mejor que tiene para dar, apareció en los momentos clave de los dos partidos. ¿Quién puede discutirlo? Tenemos al mejor del mundo, sin ningún lugar a dudas.
Por lo demás, volvimos a contar con un gran rendimiento de Sergio Romero y del número 5, Javier Mascherano, dos hombres de la columna vertebral que están en un gran nivel. Ahora, en contraposición, creo que nos resta mejorar mucho en la defensa y en la gestación de los ataques, porque a partir de octavos, un partido así nos puede dejar afuera.
Desde mi punto de vista, se falló demasiado en el anteúltimo pase, ya que no tuvimos tantas ocasiones de gol, aunque eso también fue merito de Irán, que supo cerrar muy bien los espacios, pero además se animó a tocar y a jugarle de igual a igual a la Argentina. Buena lección, para los que subestiman rivales y creen que deberíamos golear en todos los partidos…
Con estos dos primeros pasos, deberíamos empezar a entender que el fútbol se emparejó y que cualquiera puede vencer a cualquiera. ¿Que no? Pregúntenle a España y a Inglaterra.