La mayoría de los fantasmas cibernéticos que se mofan de los despidos, generalizando la condición de “ñoquis”, no son precisamente obreros organizados en una asamblea laboral: son twitteros contratados para hacer una tarea, que encima hacen mal. Pero ojalá no se ponga más feo, el mapa del desempleo, cuando les pinte auditar a esos trolls que se ganan unos cobres, rascándose la virtualidad, con estirpe de trabajadores… Pobres, tienen menos dignidad que seguidores.
10 febrero, 2016
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El muerto se ríe del desocupado
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