Nosotros, todos nosotros, los villeros que despedimos decenas de vecinos en llamas de silencio, los que perdimos hijos en la hoguera de un taller clandestino y los que lloramos a María cuando tenía 5 años, por el fuego, la desigualdad y el incumplimiento de las leyes de urbanización, nos solidarizamos de corazón con los trabajadores afectados por el incendio en Canal 13, porque sabemos cómo se siente atravesar semejante experiencia. Y porque, siempre, lo que mata es la indiferencia.
1 febrero, 2016
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Toda nuestra solidaridad
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