Tras una gran mampara de impunidad, ésa que ampara la invisibilidad de los nuestros para evitarle el mal trago al noticiero, hoy gritaron los maestros de Santiago del Estero, junto a las organizaciones del campo popular, que jamás podrán reducir a fuerza de canas y represión: ¡Dejen de invertir en picanas, lo que falta para educación! Ni globitos, ni versitos, ni sueños, ni besos, porque hay profes santiagueños cobrando 2.100 pesos y porque Darío no estaba “generando lío”, ni “tirando piedrazos”, ni “armando alboroto”, pero lo recontracagaron a palazos, como pueden ver en la foto. Y no solo fueron reprimidos, decenas de docentes comprometidos, sino que aún mantienen a tres detenidos en la 1° Seccional de la Capital, donde interceptaron a varios en camino para que nunca llegaran a destino, cuando empezaban a rebalsar de canciones y dignidad, todos los cordones de la mítica Plaza Libertad. Con protocolar camaradería, la Policía provincial se fundió a la Gendarmería en otro operativo “preventivo” plagado de controles irregulares a los autos particulares, mientras intentaban apartar a la gente con virtuales y perimetrales vallados, que evidentemente dejaron a los medios locales muuuy alejados… Con gases, palos, golpes y represión, clavaron las estacas para la carpa que ahora exige la liberación, a las sombras del mismo dron que los acompañó todo el día: si alguno encuentra a la revolución, por favor pregúntele por la alegría.
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