En esa historia que escriben los que ganan, no hay lugar para el Barrio Yapeyú, cuna de Córdoba y bastión del Cordobazo, estandarte de la resistencia autogestiva y hogar de la militancia comprometida, cuenta pendiente para la urbanización sin terminar y blanco frecuente de las razzias de la Policía provincial.
Pero en esa otra historia, la nuestra, la que se redacta de abajo hacia arriba, se narra la epopeya de una placita y una cancha que fabricadas tan sólo con empuje barrial, talleres de educación popular sostenidos con férrea convicción, trabajo digno y sin ningún patrón, una represa antipatriarcal hecha con las manos y los pies de mujeres en sororidad, y cientos de gargantas con muchísimos más decibeles que cualquier periodista servil.
Y desde el sábado 20, otro hito se suma a esa lucha que no conoce de capitulaciones, pues le sobra conciencia: inauguramos el centro cultural “La choza poderosa”, junto a bandas compañeras y un sarpado almuerzo popular, para que todos puedan asistir a este momento histórico. Agendalo bien: el fin de semana, la cultura villera juega de local.
