*Por el Espacio de Género de La Poderosa formoseña
A muy poco del Encuentro Nacional de Mujeres 2016 y con el paro nacional muy fresco en la memoria, nos aninamos y parimos el primer TALLER BARRIAL SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO. Cerca de cien personas, algunas con sus sillones, otras sobre unas mantas en el pasto; señoras, señores, chicas, muchachos, niñas y niños dijeron presente el sábado 22 de octubre en la Cancha del Fondo, donde termina la calle Salta, detrás de la barrera y antes del Riacho El Pucú.
Junto a los compañeros de La Biblioteca Popular Santiago Renevot que acompañaron la propuesta y Natty Fernández del Espacio Cultural La Mandinga, que se copó rapeando en vivo para la apertura, el taller hizo historia en la voz de las protagonistas: «La violencia de género es una violación de los derechos de todas las mujeres, mayores o menores», «No sólo es el golpe sino las palabras que hieren y quedan marcadas de por vida», «La mujer sufre más la violencia porque el hombre es más forzudo y suele controlar la plata».
Compartir, conversar, desnaturalizar: «Los hombres se creen nuestros dueños porque nos casamos, yo siempre dije que se terminó la era de la esclavitud», «Sin darnos cuenta, creamos una sociedad machista», «La mujer siempre queda como el sexo débil» , «También cuando el médico o una enfermera te falta el respeto. A veces no hay cuestiones médicas de embarazo y el doctor le dice a una que tenga por cesárea y no por parto normal. Y si es nuestro cuerpo y nuestro bebé; nosotras tenemos que decidir, no él».
Para mejorar hay que proponer
«Si nos pasa una situación de violencia, tenemos que buscar ayuda», «Tenemos que hablar con las víctimas, con las familias para entender que todos tenemos iguales derechos «, «Armar un grupo de ayuda», «Más charlas, más información, más educación para los vecinos sobre temas de violencia, decirles a las mujeres que no están solas», «Los hombres deben colaborar más en la casa y concientizarse sobre violencia contra la mujer».
La tarde se cierra y se encienden los reflectores porque el taller sigue, los curiosos de las casas vecinas que no se animaron a participar esta vez, estuvieron muy atentos y escuchando de lejos, los niños y niñas no quisieron dibujar, quisieron consigna y puesta en común igual que todos, hubo propuestas para seguir trabajando, voces tímidas que se oyeron fuerte, afiches riquísimos de palabras liberadoras, números telefónicos para acudir o denunciar, mucho interés, muy buen clima y la música en vivo del grupo Nambrena para el cierre.
Sin dudas seguirán más encuentros, nuevas formas de pensar y hacer en comunidad para ir ganando la batalla a toda forma de violencia, y porque una vez más los hechos demuestran: ¡cada vez que es necesario, las mujeres salen a la cancha!