Después del caso de Lucía Pérez, la ciudad de Mar del Plata y el país entero quedaron sensibilizados. A esto, se le suma una joven de 19 años que fue abusada sexualmente por dos de los tres ocupantes de un automóvil, que la interceptó en Parque Palermo, cuando iba caminando hacia la escuela.
Las denuncias por secuestros de niños empezaron a llover y las respuestas no llegan.
“Mi nena se llama Marisa y tiene 12 años. Venía de la escuela 19 por la calle Camuso. Me mandó un mensaje que decía, que ya había salido. Algunos nenes vieron como ella subía corriendo y le sacaban fotos desde un auto, la venían siguiendo. Llegó a casa llorando y temblando. Llamé al 911 y me cortaban la llamada. Salgo y empiezo a buscar el auto, no lo encontré. Cuando me pude comunicar con el 911, después de tomarse su tiempo, llega la patrulla. Tuve que esperar cinco horas en la comisaría decimosexta con mi hija en crisis, para radicar la denuncia, de la que tengo copia”. Cuenta María, la mamá de la nena del Barrio Martillo que fue acosada al salir de la escuela. Ese día, hubo otros dos casos en el mismo barrio.
Los vecinos, entonces, deciden organizarse y hacer un corte de calle en búsqueda de respuestas y en reclamo por la desprolijidad con la que se maneja la policía.
“Estoy esperando que me llamen como me dijeron, pero todavía nada, es una sensación de impotencia total, te da bronca… ¿Qué puedo hacer?”, finaliza María.
Los vecinos piensan que la policía está implicada y no confían en las Fuerzas de Seguridad. La única garantía de respuesta y justicia es el reclamo en las calles.
¿Será que una vez más, los barrios más humildes, somos víctimas de los juegos de quienes tienen poder?
Pero mientras los acosos en nuestros barrios continúan, nuestras madres no entienden este despecho político y no sabemos hasta cuándo seguirán las seguidillas y fotos, o lo que es peor, otro tipo de delito.