El sueño del puñado de jóvenes que en diciembre del 56 arribaron a costas orientales en el yate Granma y que tres años antes asaltaban el Cuartel Moncada alegando el fin de la tiranía en Cuba, dejó de ser utopía y escaló tan alto como nadie jamás imaginó. Por eso, tenemos mucho que celebrar y cuidar.

La juventud cubana juró preservar las conquistas de la Revolución basadas en el legado de Fidel Castro. Por esto, defenderemos la necesidad de conservar la historia de la Nación, los símbolos patrios y el legado de los héroes que lucharon por la independencia, desde los mambises hasta la Generación del Centenario, liderada por el eterno Comandante en Jefe.

Los dolorosos días vividos a finales de noviembre también hicieron crecer a nuestro pueblo. Cada cubano, cada joven, ha hecho suya la frase «Yo soy Fidel». Y no se repite como una mera consigna, se expresa con convicción, con la pasión de las causas más nobles y justas. Los jóvenes no fallarán a la Cuba faro y guía de América Latina. Una expresión de ello será el desfile que protagonizaremos todos juntos mañana, 2 de enero, en la Plaza de la Revolución.

En el calor de estas acciones, nace en Cuba «La Poderosa Fidelista». Y quienes tenemos el deber de trabajar en esta nueva tarea, abrazamos la idea con el convencimiento de que no solo estamos sumando un nuevo país. Lo hacemos sobre todo porque desde la creatividad y la unión estaremos amaneciendo cada día mejores, para seguir irradiando libertad y soberanía a los pueblos del continente.

Un fuerte abrazo cubano, con el compromiso de seguir enarbolando las banderas de un socialismo para y por el bien de todos.

Hasta la victoria, siempre.

Patria o Muerte.

Venceremos.