*Por la asamblea poderosa del Bº Juan Manuel de Rosas, ciudad de Salta.
Daniela Guantay, de 22 años, fue vista por última vez con vida la mañana del miércoles 1 de marzo, cerca de su casa en el B° Juan Manuel de Rosas. Estuvo desaparecida durante seis días y el martes 7, fue encontrado su cuerpo sin vida a la orilla del Río Vaquero. 23 días después, las autopsias lograron identificar que el cuerpo pertenecía a nuestra vecina.
“Ya va aparecer”, le dijo la policía a su madre, Verónica, cuando no le quisieron tomar la denuncia.
Apareció, o mejor dicho la encontró su madre, luego de movilizar a todas las instituciones. La encontró, pero muerta.
¿Impotencia? Impotencia es lo que sintió Verónica, al ver con sus propios ojos el cuerpo sin vida y destrozado de su hija a la vera del río.
¿Impotencia? Impotencia es lo que sentimos todas las mujeres, al ver que el Estado no mueve un pelo para prevenir estos femicidios en Salta.
¿Impotencia? Impotencia deberían haber mostrado los medios, cuando la policía no le quiso tomar la denuncia a Verónica.
No tenemos palabras: tenemos desprecio y bronca, al ver a Caletti la Ministra de Derechos Humanos, que apila los casos de femicidio, que juntan polvo en su escritorio.
Rabia nos corre por la sangre, al perder otra compañera consecuencia de este sistema patriarcal.
Desilusión de no poder encontrarla con vida, sonriendo y alegre a la par de su madre y con sus dos hijitos Sofi y Valentín.
Verónica lo presentía: «Puede ser mi hija la que encontraron en el río». Desgraciadamente, su intuición guiada por el amor a su hija no falló.
La autopsia va a demorarse, porque así es este sistema: lento. Su madre reconoció el cuerpo por la vestimenta, la misma ropa con la que Daniela desapareció.
Su hermana Vanina, llorando y ahogándose en su odio, repetía una y otra vez: «Hace tres días que mi hermana estaba ahí».
Ojalá la hubiéramos encontrado con vida, ojalá la policía del B° Juan Manuel de Rosas, se hubiera puesto a laburar como corresponde en el momento que ella desapareció y cuando teóricamente realizaron hace tres días un rastrillaje en la orilla del río.
Daniela es la séptima mujer muerta en estos últimos cuatro meses, y la ministra de seguridad sigue sin moverse.
Tenemos un Poder Legislativo que no garantiza la Ley de Protección Integral a las Mujeres. Y un gobierno todavía no se hace eco.
Ni una Daniela menos, ¡vivas y libres nos queremos!