*Por la asamblea poderosa de la Vía Diagonal Norte, Yerba Buena, Tucumán.
El jueves amanecimos temblando, desesperados del miedo, sintiendo que todos nuestros sueños quedaban truncados. Es que «El Sapito» fue invadido por más de 20 policías de la provincia armados con orden de reprimir, por una máquina excavadora que destruyó nuestra histórica cancha de fútbol 11 haciéndole pozos, y por un grupo de obreros de la empresa Link Inversiones que con el apoyo policial cerraron con chapas las aberturas en el paredón por donde ingresábamos.
Mientras preguntábamos a los oficiales quién había dado la orden, sin recibir contestación alguna, comenzamos a mandar mensajes de texto y fotos a nuestros vecinos, familiares, amigos, compañeras y compañeros.
Fue enorme la bronca que sentimos al ver que estaban haciendo mierda nuestra cancha, una de las pocas que quedan en Yerba Buena, después de años de políticas que privilegiaron la planificación urbana destinada a los sectores más pudientes, arrasando con los espacios públicos y verdes.
Con orden de la Fiscalía Nº 9, los propietarios del Fideicomiso Las Higueritas Barrio Boutique decidieron hacer uso de su derecho sobre el terreno, cerrándolo y prohibiendo el acceso al mismo. Sin tener en cuenta que dos familias quedaban sin poder salir de su propia casa.
Inmediatamente nos fuimos a la Municipalidad, para exigirle al intendente Mariano Campero que no de más vueltas, que pare con la especulación política y financiera y que finalmente promulgue la ordenanza votada por mayoría en el Concejo Deliberante el pasado 12 de abril.
A este barrio con memoria no le venden fruta podrida porque hace más de dos años y medio luchamos por no perder «El Sapito». Cuando el futuro traía consigo el peor panorama para nuestro barrio porque quedábamos acorralados, con el paredón del country La Pedrera de un lado y el emprendimiento inmobiliario del otro, transformamos la tristeza en esperanza, el cansancio en convicción y la incertidumbre en la certeza de que solo luchando podríamos conservar la cancha que quisieron quitarnos frente a nuestras narices, sin tener en cuenta que significa mucho más que un terreno o una cantidad de metros cuadrados, porque es parte de nuestra historia, nuestra identidad y en esa tierra echamos nuestras raíces.
Así, desde la asamblea vecinal, consensuamos «luchar hasta el final» y la Comisión de Veteranos de El Sapito, no dudó un segundo en seguir el mismo camino, junto al asesoramiento técnico de profesionales del CONICET y la UNT.
Pasaron más de 870 días de lucha, en los que nunca bajamos los brazos.
El jueves, después de este largo camino que decidimos emprender, nos vimos ante la necesidad de tomar una medida de fuerza mayor y cortamos la Avenida Aconquija frente a la Municipalidad, para que no nos sigan bicicleteando y el intendente asuma la responsabilidad política de expropiar.
Y entonces, otra vez nos tildaron de irracionales, violentos, desmedidos, y punteros. Pero una vez más, la reacción del poder político a favor de los intereses de la comunidad, fue consecuencia de la reacción de la comunidad organizada defendiendo sus propios intereses.
Mariano Campero, se comprometió a promulgar la ordenanza el viernes a la mañana. Entonces, ayer al mediodía, nos concentramos en la Municipalidad para garantizar que su palabra se haga realidad.
Y así fue. Ayer ganamos todos.
Dimos otro gran paso hacia la expropiación de «El Sapito», y hacia una planificación urbana que nos integre. La Municipalidad de Yerba Buena a través de su Departamento Ejecutivo, promulgó la ordenanza número 2083, que declara de utilidad pública y sujeto a expropiación a «El Sapito».
