La moto no detiene su marcha por Latinoamérica y las asambleas de todo el país seguimos empujando, cada vez con más impulso, este proceso de organización que sueña una sociedad justa y solidaria. Mediante la fuerza de la unidad de 44 asambleas vecinales con trincheras en los barrios populares, nuestro poder brota de la historia y tiene a Fidel como comandante.
Ahora mismo, mientras lees este párrafo, estamos necesitando compañeros y compañeras que se integren a las actividades de educación popular.