17 junio, 2017
,

«Cuba derrotó a la propaganda»

 

* Por Stella Calloni.

 

Reciclando un discurso mediocre de la Guerra Fría, con frases extemporáneas y brutales, Donald Trump vomitó ayer sus medidas contra Cuba, a contramano del propio pueblo estadounidense e incluso de ciertos sectores de Miami que venían asimilando poco a poco la nueva relación, todavía limitada, con algunos reencuentros familiares. Y sí, atacando además a todos esos países del mundo que ya se han expresado casi unánimemente contra el bloqueo. Pues con esto, lo único que conseguirá será seguir ensanchando la brecha del aislamiento que agobia a la gran potencia, frente al avance de las naciones que lograron quebrar el unilateralismo de los últimos años.

 

Rodeado desde un principio por «asesores» como Marcos Rubio y Díaz Balart, dos de los más fundamentalistas enemigos de Cuba y de todos los gobiernos progresistas de América Latina, el presidente de los Estados Unidos se alineó con sus palabras al accionar de los grupos terroristas que han actuado impunemente contra los cubanos, con su respaldo. De hecho, el mismísimo Rubio, que se reunió con los mercenarios que utiliza la OTAN en Siria, se reconoce amigo directo de varios de los ministros del presidente Mauricio Macri en Argentina, Patricia Bullrich y Laura Alonso, funcionaria de la Oficina Anticorrupción, como el zorro que cuida de las gallinas.

 

No podemos, ni debemos olvidar que más de 300 mil estadounidenses viajaron a Cuba, en lo que va del año, tantos como los que estuvieron en los 12 meses del 2016. Y los turistas se encontraron a un pueblo educado, una realidad que rompió todos los preconceptos, quebrando la propaganda anticubana y despertando la admiración en el campo de la salud o la ciencia.

 

De ahí, la nueva embestida de Trump.

 

Desde la vuelta al diálogo y el avance en acuerdos sobre temas importantes, Cuba ha respondido cuidando a los principios revolucionarios, a punto tal que Obama debió confesar el fracaso de una guerra sostenida durante años, proponiendo nuevos caminos para lograr los «objetivos», que definitivamente pasaban y pasan por acabar con la Revolución. Aun así, pese a que la continuidad del bloqueo impedía una verdadera relación diplomática profunda, en los hechos se vieron contradicciones muy importantes, cuando se empezaron a romper los temores a ese «ogro cubano” que habían vendido históricamente sus cadenas de televisión.

 

Tirando hacia atrás la relación con Cuba, entre otras bravuconadas, Trump queda parado en una situación muy difícil, por esa falta absoluta de conocimientos políticos, que no sólo se refleja en el rechazo de migrantes, sino también en los «ajustes» que pretende imponerle a Europa, exigiéndole más dinero para las guerras coloniales, cuando es precisamente Europa la que ha descendido al infierno por financiar el armamento que Estados Unidos utiliza en estas guerras… Los «favorecidos» por la tragedia que significan los genocidios del siglo XXI, son Estados Unidos e Israel, que aún bregan por establecer un Medio Oriente Ampliado, bajo su mandato.

 

Vendrán cambios sorprendentes, sí, porque en Estados Unidos se está quebrando la monolítica posición de los dos grandes partidos. Los errores y horrores que plantea la política irracional de Trump son verdaderos saltos al vacío del Imperio. Y entonces, es un momento terrible, pero también único. Todos nosotros, con la luz que nace de Cuba, podemos ayudar a esos saltos al vacío del Imperio, si tomamos conciencia de su decadencia brutal y de nuestra propia fuerza.

 

De todos estos momentos críticos surgirán las nuevas dirigencias y quedarán expuestos los cobardes y traidores al servicio del mismo discurso inmundo: de las crisis, surgen grandes oportunidades para los pueblos del mundo.

 

Relacionadas

JOSE LUIS CABEZAS
25 enero, 2024

“ERA UN TIPO DE LA CALLE, UN TRABAJADOR”

SARA RUS
24 enero, 2024

SARA LUZ