*Por Pedro Cormack,
Secretario General de ADOSAC, gremio docente de Santa Cruz.
Lo que está pasando en la provincia es parte de un proceso largo, producto de una crisis social, política y económica que se agudiza día a día, y ante la cual el gobierno local no responde.
Como docentes, reclamamos por nuestros salarios; por la titularización de los cargos que implicarían estabilidad laboral y los despidos encubiertos mediante la eliminación de 18 mil horas cátedras en cargos del nivel secundario. También, por el estado deplorable en el que se encuentra la infraestructura de los edificios escolares con corte de servicios básicos como agua y gas; y por la falta de insumos.
En Santa Cruz este año no iniciaron las clases, y eso nos duele como docentes, como padres y como ciudadanos. Pero es el Estado el que debe garantizar la educación pública para que el vecino de cualquier barrio pueda estudiar en las mejores condiciones.
Luego de intentar a través del diálogo sin ser escuchados, pasamos meses acampando afuera del Ministerio de Economía y Casa de Gobierno, soportando temperaturas bajo cero al calor de ollas populares y marchas en las que nos encontramos para gritar por lo justo.
El Gobierno de la Provincia, en desacuerdo con nuestros reclamos, aplicó descuentos indiscriminados por días de paro. Y en las últimas semanas se sumó la incertidumbre por el pago del aguinaldo y los anuncios de suspender el receso invernal. Por eso, el 5 de julio fuimos a pedir explicaciones al Consejo Provincial de Educación. Pero su presidenta, María Cecilia Velázquez, no nos atendió.
Permanecimos allí durante 6 días para que alguien nos diera una respuesta. Y la hubo, mas no mediante el diálogo que tanto esperamos, sino con violencia: Infantería llegó en la madrugada del martes a desalojar la ocupación pacífica que llevábamos adelante, amenazando con sus armas a los trabajadores y realizando disparos al aire en el interior del edificio.
Como no tuvimos respuesta en el ámbito local, nuestras exigencias las trasladamos tanto al Ministerio de Educación de la Nación como a Casa Rosada. Aún esperamos una solución, que nos permita alivianar esta desesperante situación.
Nuestra lucha no tiene banderas partidarias, es legítima y clara.
No nos caímos, ni nos vendemos, ¡a la educación pública la defendemos!