Las calles del centro porteño se volvieron a llenar de energía militante y entusiasmo juvenil. Los colegios tomados de Buenos Aires salieron este viernes 22 de septiembre a exigir el pleno respeto de sus derechos como estudiantes. Desde Plaza Pizurno hasta Colón al 200, en el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
La movilización fue la última medida de la semana tomada por los estudiantes. Además de tener sus colegios tomados, los centros de estudiantes tuvieron una semana cargada, los medios operaron fuertemente para tratar de pintar de colores partidarios sus exigencias y objetivos, también se trató de hacer visible el malestar de los padres de los colegios o las más simples descalificaciones como vagos o agitadores. Los jóvenes supieron salir elegantemente ante todos los embates, mostrando una cohesión entre ellos y coherencia de ideas que es difícil encontrar en otros espacios políticos. Ni Infobae, La Nación o Grupo Clarín pudieron mermar las tomas.
Los estudiantes también tuvieron una primera victoria: finalmente el Gobierno de la Ciudad aceptó escuchar sus exigencias. El miércoles se reunieron representantes de los colegios tomados con autoridades del Ministerio de Educación. Sin embargo, Soledad Acuña se negó a modificar las reformas y aseguró que el camino hacia la Escuela del Futuro seguirá firme. El gobernador de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que «la mayoría está de acuerdo» a continuar con la reforma educativa, lo que indica que harán oídos sordos a las exigencias de los manifestantes.
Los jóvenes demostraron en más de un mes de lucha, que no cederán ni un solo paso. Con el paso de las semanas, él gobierno apuesta al desgaste, mientras avanza en su objetivo de lograr pasantías no remuneradas y la pérdida de aprendizajes básicos para la formación de las próximas generaciones.
La educación bancaria y la educación liberadora-
Nuevamente el gobierno nacional produce discriminación educativa. No es posible alegar que la discriminación hacia un grupo que piensa el gobierno, es un beneficio para los nacionales. Imponer a un grupo por sobre otro cuando no hay un motivo suficiente que lo justifique, es equivalente a discriminar. De manera que “no puede el Estado garantizar a todos los habitantes el derecho de enseñar y aprender, y luego imponer o tolerar discriminaciones (distinciones arbitrarias, y por tanto prohibidas) entre ellos”. Lo que está clarísimo, es que la gente tiene que tener el derecho a decidir, que tiene que haber democracia.
Justificar diciendo que el gobierno busca el nivel óptimo de los alumnos y que lo que hace es de bien absoluto, mejor para dar una orientación política, educativa, o cualquier otra circunstancia desde la esfera personal del gobierno, es abiertamente una discriminación flagrante, que vulnera los derechos constitucionales. Para tu claridad: el derecho de decidir, de participar, de ser escuchado, y más.