*Por Adrían, hermano de Emmanuel Garay, muerto por torturas durante entrenamiento policial.
Emanuel era el menor de nuestros hermanos, era la alegría de la casa, recibía el cariño de todos, porque al ser el último de los cuatro recayó en nosotros la responsabilidad de cuidarlo al fallecer nuestra madre, por eso lo mimábamos. Nunca imaginamos nos lo matarían así.
Ese lunes 5 de febrero, mi hermano se levantó a las cuatro de la mañana para ir a su primer día de clase y después de varios días de luchar, Emanuel murió
Comenzaron los instructores con ejercicios salvajes, inhumanos, sin sentido, teniendo a los chicos parados en el sol durante más de 7 horas con un calor mayor a los 40 grados.
Volvió a las 13:30 y debía regresar a la escuela a las 14:00, no tenía tiempo para hidratarse, para recuperar su cuerpo, para descansar. Durante el momento de la siesta, cuando más calor hace, más les exigían.
Estos entrenamientos exponen a los chicos a altas temperaturas, fue una instrucción salvaje, ¡Y en su primer día de clases!
Lo que sabemos de aquel día, lo supimos porque 17 chicos ingresaron al hospital Enrique Vera Barros con el mismo cuadro que mi hermano, todos deshidratados, con muchos problemas renales, y aún así nos pudieron contar.
¡Es ilógico que no se le haya brindado primeros auxilios!, los chicos nos contaron que cuando mi hermano cayó al suelo, los instructores ordenaron hacerlo a un lado y dejarlo totalmente abandonado en el rayo del sol, ¡Una clara muestra de abandono de persona, de insensibilidad por la vida de un joven que solo fue a buscar un futuro!
Hasta ahora la justicia, es la que determina quienes son los responsables, por ahora 8 son los detenidos y se va a ampliar a otros 6, que son cadetes de segundo año.
Los otros cadetes hospitalizados están evolucionando bien, Luis Oropel presenta un cuadro de grave de deshidratación e insuficiencia renal fue derivado a córdoba, esperábamos su pronta recuperación.
Por todo esto, el día 14 de febrero, marchamos familiares y amigos. El pueblo salió con nosotros, caminando juntos pidiendo justicia por mi hermano, ¡Justicia por Emanuel!
Marchamos con globos celestes, en representación de ese líquido que le hubiera salvado la vida, y un grito bien fuerte: ¡Él solo quería agua!