7 marzo, 2018
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Daniela Guantay, ¡presente!

 

 
 
Daniela Guantay era una joven alegre. Tenía 22 años y tres hijos. Sofía de siete, Valentín de cinco y Tobías de tres. Era la segunda hija de los seis que tuvo su madre, Verónica Guantay. La primera hija mujer de todos ellos. Compañera de su madre y de su hermana Vanina, Daniela vivió rodeada de amor por su familia y por sus hijos chiquitos. Carnavalera como ninguna, le encantaba salir a bailar y divertirse con sus amigos. Siempre con la sonrisa presente y una voz muy risueña.
 
 
Daniela desapareció de su casa el 28 de febrero a la noche y desde ese entonces nunca más la volvieron a ver. Esa noche, ella decidió salir con su hermana Vanina. Pero ella no quiso ir y Daniela se fue sola.  
 
 
Verónica Guantay, la mamá de Daniela, la había visto ese 28. Recuerda que tenía la necesidad imperiosa de abrazar a su hija. “No sé cómo mierda sentí que ese día algo iba a pasar. Sólo sentía la necesidad de abrazarla”, dijo.
 
 
Al otro día, Daniela no apareció. Ni en su casa, la que compartía con el padre de Tobías, a dos cuadras de la casa de Vero, ni en la de Vero.
 
 
El jueves 2 de marzo su mamá decidió hacer la denuncia. Llamó al 911 y le explicaron que no podía presentar una desaparición porque tenía que esperar 48 hs después de la última vez que la vieron. En la comisaría del barrio 17 de Octubre, lo único que le dijeron fue: “Su hija ya va a aparecer, seguro anda enamorada»
 
 
Pero no, ella ya no iba a volver.
 
 
El sábado 4 de marzo, Vero volvió a la comisaría, acompañada. En teoría y según datos de la policía, se empezó a buscar a Daniela, pero tanto Vero como cualquier madre villera que tiene su hija desaparecida, sabe que no es así.
 
 
El primer recorrido que se realizó fue de casa en casa. En ese momento, aparecían datos no certeros de que Daniela estaba en tal casa, que pasó por tal lado, pero no. A Daniela, todos negaban haberla visto. Los policías, los amigos, la Ministra de Derechos Humanos, los medios masivos y el Estado.
 
 
Lunes 6 de marzo. ¿Y Daniela? ¡La desapareció el patriarcado!
 
 
Pero por todo el barrio se hizo una pegatina para buscarla a ella. En ese momento, Vero recibió una llamada de la brigada donde le anoticiaban que se había hecho un rastrillaje en el Río Vaqueros (aledaño al barrio), pero que no habían encontrado nada.
 
 
 
A los restos de Daniela los encontraron al día siguiente. El martes 7 de marzo de 2017, cuando un vecino de la zona que pasaba por el río, sintió un olor nauseabundo y al acercarse encontró restos humanos. Atinó a llamar al 911 para informar y avisó a Verónica porque sabía que podía ser su hija. Ese cuerpo llevaba más de dos días en estado de descomposición.
 
 
Esto sucedió en la ladera del Río Vaqueros, lugar donde “supuestamente” la brigada había pasado por ahí por lo menos tres veces, el día anterior en el rastrillaje.
 
 
 
La abogada de la familia, Gabriela Rodríguez, se empezó a hacer cargo del caso. El fiscal a cargo, Rodrigo Miralpeix, caratulaba el caso como «Homicidio», aún en contra de toda la familia y los amigos que pedían que se investigara un femicidio. En la presentación que hizo la abogada, la fundamentación radicaba en que más allá de no tener certezas de que la ex pareja, con antecedentes violentos en la relación, había sido el asesino, a Daniela la mataron por ser mujer. Por la forma que encontraron sus restos se observaba ensañamiento, crueldad sobre el cuerpo de Daniela. Y el pedido de cambio de carátula prosperó, y hoy la causa está como femicidio, uno de los 24 casos que dejó el 2017.
 
 
Se detuvo a 4 personas: Nolberto Silvestre (27); Carlos Alfredo Agüero (33); Franco Aleman (22); y Julio César Monasterio (28). Pero sigue siendo esencial, que se encuentren pruebas fehacientes. 
 
 
Por eso, Vero, con todo el viento en contra, sin pruebas, tuvo que contratar a otros peritos privados, sacó plata hasta de donde no tenía para que colaboren en la causa.  El estudio INTERCRIM de peritos forenses se pusieron la causa en el hombro. Siguen la hipótesis de que Daniela fue asesinada en la casa de uno de los imputados. Solicitaron entonces, un allanamiento y una inspección ocular tanto en las viviendas como en los vehículos de los detenidos, por que mas allá del paso del tiempo, es posible encontrar pruebas, sólo hay que investigar. También pidieron realizar un estudio antropológico forense para analizar concretamente los restos óseos para saber cómo la mataron. Esto aún no se autorizó, pero es clave que el fiscal dé el visto bueno para que esto pueda esclarecerse.
 
 
 
A Verónica la ignoraron, la silenciaron, le mintieron, la traicionaron. La ignoró el Estado por ser villera y pobre; la silenció la comisaria que no le tomó la denuncia; le mintió la ex-Ministra de Justicia al decirle que tenía a disposición todos los mecanismos de búsqueda. A Daniela y a Verónica las traicionó el patriarcado.

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