El club Deportivo Español se encuentra al sur de la Ciudad de Buenos Aires, en el límite entre los barrios Lugano, Villa Soldati y Floresta, desde el año 1957. Hoy en día cuenta con casi 3.000 socios y en sus instalaciones se practican distintos deportes: fútbol masculino y femenino, hockey, handball y boxeo, entre otros. Debido a esto, cientos de chicos y chicas que habitan la zona se acercan todos los días al establecimiento y pasan ahí sus tardes.
Actualmente este club corre el riesgo de no poder seguir tal como está debido al comodato a 10 años en el que entró en 2008 con Corporación del Sur, que venció el 24 de mayo. Todo fue una estrategia corporativo-estatal a través de la cual la Corporación del Sur, aliada con el gobierno de CABA -en ese momento en manos de Mauricio Macri- se apropió del 70% del predio para instalaciones de lo que, en ese momento, era la nueva Policía Metropolitana.
A partir de esa apropiación se perdieron muchas de sus actividades deportivas pero, aun así, el club nunca dejó de participar en los torneos nacionales y oficiales. Desde entonces el Deportivo Español, que juega en la Primera B Metropolitana, se abastece de los ingresos que llegan de la televisación, las publicidades del estadio y los aportes de los socios. Sin embargo, las agrupaciones no pudieron resistir la embestida corporativa y gubernamental.
Los directivos de la institución se reunieron con varios funcionarios del Ministerio de Seguridad de CABA, entre ellos el ministro Martín Ocampo, ya que el Ministerio de Deportes es fantasmal. La negociación no llegó a nada en términos legales: en la Legislatura nunca se trató el tema por lo que los socios se unieron a la Coordinadora de hinchas que se nuclean contra las S.A. en el fútbol.
Una de las agrupaciones que se aglutina frente a la quiebra inducida del club es la “Pedro Catalano”, que desde ese entonces impulsa la generación de actividades en el espacio. Pero estos intentos autogestivos no suelen lograr mucho frente a las grandes corporaciones. En algunas de las reuniones con Costantino, un funcionario del Estado que protagonizó las negociaciones durante el 2017, les ofrecieron y prometieron, a cambio del predio, seis hectáreas en el Parque Indoamericano con instalaciones equipadas, lo que les dijeron que era un club “moderno”. Pero ese proyecto nunca avanzó.
Hoy en día, socios y vecinos sufren la posibilidad de perder también ese 30% del predio en el que ahora funciona el club y, con él, el Estadio España y la Glorieta histórica, centro de encuentros y reuniones donde se crearon grandes y preciados recuerdos. El día del vencimiento del comodato, el club recibió una carta de la subsecretaría de vinculación ciudadana, otorgando 90 días de prórroga para negociar. Los abogados del club propondrán la posibilidad de acceder a un crédito para comprarle al gobierno de la ciudad esa porción de terreno, ese «pedacito de vida que les queda».
El Español es importante para la identidad de los barrios que lo rodean. Pibes y pibas lo disfrutan día a día; el deporte les da un montón de valores y es, además, una de las formas de mantenerlos alejados de las calles ya que les presenta oportunidades, une familias y fortalece la importancia de los grupos humanos. El deporte en muchos casos también salva vidas.
En definitiva, quieren el predio para seguir construyendo edificios policiales y, así, supuestamente garantizar mayor seguridad.
¿Quieren seguridad? Promuevan el deporte y construyan centros culturales.