El histórico Segundo Foro Latinoamericano sucedió tan deprisa que no observamos a los reporteros de Televisa, y en todo el trajín nos perdimos a los corresponsales de Clarín; y probablemente los operadores de O Globo hayan estado ocupados inventando o perpetrando algún robo. Sin embargo, aún con la vista nublada por el llanto y los oídos atragantados de canto, sí que vimos y oímos a los periodistas de los medios autogestivos: cómo no hacerlo, si viajamos en los mismos colectivos. Gracias, gracias, y más gracias a quienes caminan todos los días a la par multiplicando las voces del campo popular. Porque sí, es ahora, después de debatir y darle forma a una nueva plataforma que venza al terror de la incomunicación basado en la concentración, que rompa los cercos del silenciamiento y que más temprano que tarde le gane al aislamiento, sin piedad. ¡Juntos, sentimos la satisfacción moral de un acto de libertad!