Letras: Nelson Santacruz,
comunicador de la poderosa asamblea de la Villa 21
La pobreza llegó al 27,3% de la población y la indigencia al 4,9%. Muchas veces se dijo, se dice y seguirán diciendo por nosotros y sin nosotros:
«No le des pescado, enseñale a pescar».
Pero el tema es que desde acá ya se sabe pescar; hasta en aguas secas se ha visto que desde los barrios sacamos algún atún.
Necesitábamos y seguiremos necesitando que nos organicemos para atar las redes, hacer nudos fuertes no ahora solamente sino, sobre todo, cuando se pudo.
Tendremos que dejar de ser carnada para empezar a sostener la caña, dejar de ser títeres para estirar el hilo, dejar de entregar nuestras pescas para manejar la caja. Porque, como una plomada, lanzaron nuestra construcción hasta la más dificil profundidad por el hecho de que nunca tuvimos el timón del barco.
Entonces claro, sucedió porque siempre hay nuevos anzuelos para cada villero, cada originario, cada campesina, cada… Cuando en realidad, son los mismos ganchitos con los que nos agujerearon la boca y nos levantaron en aire, siempre.
Mientras para algunos solo es un deporte, para otros es cuestión de supervivencia. Sobrevivir en un charco donde flotan las boyas en el agua, se hunde el barquito, nos agarramos el sombrerito y los que podemos nadar, nadamos. Los que no, cagamos. Y todos ellos se mean de risa.