* Letras y fotos por Brisa Ruiz, comunicadora de la poderosa asamblea de la Villa 21-24.
Esta semana, después de mucho trabajo, autogestión, corazón, construcción y deconstrucción para tirar a patadas al patriarcado, hicimos el cierre de actividades de la Casa de la Mujer en las villas 21-24 y 31 de CABA. Este gran proyecto que pensamos desde la organización y construimos a pulmón para habitarlas con un montón de compañeras. Así generamos un lugar de encuentro, unión, sostén y empoderamiento. Nuestros barrios necesitan que se abran más espacios como estos, ya que hay muchas mujeres sufriendo violencia, no sólo física, sino también psicológica y económica.
A través de las Casas de las Mujeres, se generaron espacios que hacían falta en los barrios. El de adolescentes es un espacio de integración, formación política y recreación para las pibas. Se trata de un lugar de encuentro donde los lazos de sororidad y la conciencia de la realidad son esenciales para el descubrimiento de la identidad. El laburo de este año estuvo ligado a la sexualidad con el objetivo de que cada piba pudiera autopercibirse libremente. El placer fue otro de los tema que trabajamos, para conocer más sobre nuestro derecho al goce y nuestro cuerpo.
El espacio “Pibas ATR” de la villa 21-24 hizo una intervención con carteles donde dejaron mensajes para las vecinas del barrio y para el sistema patriarcal. Las promotoras de salud, por su parte, realizaron actividades con el objetivo de que las vecinas y vecinos puedan aprender más sobre Educación Sexual Integral (ESI), abriendo un debate sobre la sexualidad y el lugar de subordinación donde el patriarcado colocó a la mujer. Las compañeras lograron plantarse, expresando que en los próximos encuentros quieren conversar sobre cómo hablarle a sus hijas e hijos sobre la homosexualidad. Las cooperativas, los talleres de encuadernación, reciclado de ropa, corte y confección pusieron un puesto para vender todo lo que crearon durante el año.
Así que, realmente, no cerramos nada, sino que abrimos, porque vamos a seguir tejiendo redes para construir nuestra identidad, aprender y motorizar el feminismo villero.