5 septiembre, 2019
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Víctor se hizo pueblo

*Por Eliana Elizabeth Marquez Dos Santos, hermana de Víctor Fernando Marquez Dos Santos, asesinado por la Policía Provincial de Misiones.
Hermanito volvé conmigo. Es horrible estar en la casa y no tener a quién decir «andá a estudiar». Me dejaste un vacío que hoy más que nunca se siente porque no nos dan una respuesta.
El sábado 24 de agosto me levanté por la mañana, le preparé el desayuno a papá y le pregunté por Víctor, me dijo: “Salió temprano a la iglesia”, que queda a cuatro cuadras de casa. La noche anterior, mi hermanito le dijo: «Papi si te levantas mañana y no estoy, no te preocupes que me fui a la Iglesia». Tenía que estar temprano para la venta de locro, iban a recaudar plata para hacer una chocolatada el domingo y festejar con las niñas y niños. Papá le había dado unas monedas para colaborar con las verduras. A las 10:30 de la mañana, llegó la policía con la foto de mi hermanito y nos dijeron que lo mataron, casi me muero de un infarto. Un vecino le comentó a mi papá que encontraron a un chico muerto y se dio cuenta, por lo que decidió ir a la comisaría XIII de Santa Ana. Ahí se enteró. Yo no me animé a decirle.
A Víctor lo encontraron cerca de la Escuela de Comercio N° 10, que está a diez cuadras de la iglesia. No sabemos cómo llegó hasta ahí. Hace cuatro días atrás, una mujer policía que estuvo en el hecho, declaró que Víctor se encontraba con dos amigos en la vía pública y se cruzaron con la patrulla que volvía a la comisaría, donde se bajó una mujer y subió ella.
El móvil volvió hacia donde se encontraban los pibes por una calle de tierra de la escuela, en esa instancia escaparon sus dos amigos, quedando Víctor solo. Vergara se bajó, caminó hacia él, lo hizo arrodillar y le disparó con su arma reglamentaria en el ojo derecho. No tenía marcas de arrastre, ni otras lesiones. Solamente tenía las rodillas con tierra.
Después, el agente subió al patrullero y amenazó de muerte a sus colegas si contaban algo. Los testimonios de los vecinos aseguraron que vieron a un patrullero que llevaba tres chicos, que los otros dos pudieron escapar, no sabemos quienes son, ni estamos seguros. Allí escucharon dos y tres disparos. La policía cientifica confirmó que la bala de 9 milímetros es del arma reglamentaria de Vergara, que descaradamente estuvo en el velorio, le tocó el hombro el mi hermana Cinthia y le dijo: «Quedate tranquila que todo se va esclarecer». ¡No sabemos qué fue a hacer ahí! Después de esto, los vecinos comentaron que este oficial tenía la costumbre de ir por la calle, sacar el arma y apuntar.
Víctor tenía 16 años, era un chico que no salía mucho, estábamos pendiente de cuidar que papá esté bien. Nos cantaba todo el tiempo, le gustaba el rap, componía sus canciones y cantaba en los eventos de la escuela y en la iglesia, donde ayudaba a pintar. A veces salíamos a pescar. Era muy colaborador. Esa era su vida.
Pedimos una respuesta y no nos la dan, queremos que se haga cargo otra Fuerza de la investigación, que nos digan los nombres de los demás cómplices de Vergara. Él tenía que cuidarnos, no hacernos eso.
 Mi mayor anhelo es que el asesino cumpla una condena perpetua, que pague por las dos muertes. Papá, tenía 66 años, sufría parkinson y no aguantó la pérdida de mi hermano; también se terminó yendo.