Ayer vivimos un día histórico para nuestros barrios: organizaciones de derechos humanos nos unimos para gritar que acá estamos y que vamos a resistir. Entre juegos y risas, mates y tortas fritas, hicimos un panel y una ronda inolvidable en el Centro TOTÓ de Nuevo París.
«Como organización militamos en nuestro barrio, nos ponemos esta bandera al hombro y llamamos a que se replique porque la reforma nos va a pegar a nosotros, a los pobres”, Nahuel Bautista, de Rebeldía Organizada.
«Mientras Uruguay no logre resolver los problemas de desigualdad, difícilmente pueda resolver los problemas de seguridad. Todas las experiencias que conocemos de allanamientos nocturnos son muy violentas para todo el barrio. Hasta los policías dicen que es un disparate», Daiana García, de la Articulación Nacional No A La Reforma.
«Esta sociedad tiene una enfermedad básica: la impunidad. Los militares que no fueron juzgados, hicieron carrera dentro de distintas instituciones. Debemos unir las luchas: después de octubre tenemos que reconstruir lo que la dictadura destruyó, las redes de los colectivos que tenemos memoria», Irma Leites, de Plenaria Memoria y Justicia e integrante de Colectivos contra la Reforma.
«La impunidad nunca se fue y se está institucionalizando con esta reforma. Debemos recordar el Plan Cóndor; la Justicia que hay en este país no es ninguna garantía. Hace más de 40 años que, con datos y pruebas, seguimos buscando a compañeros y compañeras», Matilde Severo, de Madres y Familiares.
«La violencia institucional la vivimos todo el tiempo en nuestros barrios: cuando no entran las ambulancias, cuando no accedemos a la educación, cuando no tenemos para comer. Una vez que le das lugar a las fuerzas, avanzan. Fue lo que pasó en la dictadura, fue lo que le hicieron a Iván y a Ezequiel, que los torturaron como a tantos otros. Por eso es necesario el Control Popular a las Fuerzas de Seguridad, vecinos y vecinas que controlamos el rol que las fuerzas de seguridad cumplen en nuestros territorios», Daniela Mérida, garganta Poderosa de Barrio Fátima, CABA, Argentina.
«Ojalá no tuviera que sentarme en este panel, pero lo hago porque nuestros derechos se siguen vulnerando. Si la reforma se aprobara, las principales víctimas seríamos nosotras y nosotros. Por eso ponemos el grito en el cielo con los pies en el barro: ¡Qué sea siempre militancia y nunca militares!”, Jenifer Miranda, garganta Poderosa de Uruguay.