Hoy, la Séptima de Chicago y el Fútbol Popular de Zavaleta salimos de contraataque contra el periodismo veleta, desde el estadio de Sportivo Italiano, donde Houseman y el Profe Signorini nos dieron una mano para armar un partido impresionante, libre de exitoína, después de hacerle el aguante a la Selección Argentina. Porque sí, todas las críticas suman, todas, aunque duelan un poco. Y sobre gustos no hay nada escrito, en el fútbol tampoco. Ahooora, ¿si salía un cachito más atrás esa pelota de Lavezzi, tras la apilada de Messi? ¿Y si el Pipita Higuaín la tocaba con la puntita del botín? ¿Y si el arquero no podía hacer nada? ¿Y si era gol, en esa última jugada? ¿Y si entonces por fin festejaban estos jugadores? ¿Ahí sí? ¿Ahí sí, nos volvíamos los mejores?
De ser así, habrá que putear a la suerte.
Nosotros, por lo pronto, los seguimos bancando a muerte.